La imperfección es la cima
Sucedía que era preciso destruir y destruir y destruir,
Sucedía que la salvación sólo era posible a ese precio.
Arruinar el rostro desnudo que asciende en el mármol,
Machacar toda forma , toda belleza.
Amar la perfección porque ella es el umbral,
Pero negarla una vez conocida, olvidarla muerta
La imperfección es la cima.
Nombre verdadero
Al castillo que fuiste lo llamaré desierto,
a tu rostro ausencia, noche a tu voz,
y cuando te derrumbes sobre la tierra estéril
al fulgor que te trajo lo llamaré la nada.
Morir es un país que amabas. Vengo
desde la eternidad por tu senda sombría.
Destruyo tu deseo, tu forma, tu memoria.
Soy tu enemigo, no tendré piedad.
Guerra te llamaré y probaré en ti
las libertades de la guerra, tendré en mis manos
tu rostro oscuro, traspasado, y en mi corazón
ese país que alumbra la tormenta
El único testigo
Luego de librar su cabeza a las llamas bajas
del mar, de perder sus manos
en su profundidad ansiosa, luego de arrojar
a las materias acuáticas su cabellera;
muerta ya, pues morir es ese camino
de verticalidad bajo la luz,
y ebria aún, incluso muerta: yo fui,
ménade consumada, gozo pétreo y pérfido,
el único testigo, la única presa cautiva
en las redes de tu muerte que fueron arenas
peñascos o calor, tu signo, me decías
Ante tus signos
¿Qué morada deseas levantar para mí?
¿Qué negras escrituras cuando el fuego se acerca?
Vacilé mucho tiempo ante tus signos,
me apartaste de toda densidad.
Mas he aquí que la noche incesante me guarda
con caballos sombríos yo me alejo de ti.
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¿Qué asir sino lo que se escapa?
¿Qué ver sino lo que se obscurece?
¿Qué desear sino lo que muere
Sino lo que habla y se desgarra?
Palabra próxima a mí
Qué buscar sino tu silencio,
Qué resplandor tan profundo
Tú amortajada conciencia,
Palabra, ¿dique material
Sobre el origen y la noche?