miércoles, 11 de noviembre de 2020

ORFEO DE CHARLEVILLE.

 






De infierno en infierno saltabas pleno de música 

Como la  liebre de tus Iluminaciones.


Tú, el que canta en el suplicio.  

El que  no tiene sentido de las leyes. 

Nos has legado la suprema rebelión que aún marcha 

Entre los despojos y la tierra arrasada.


Jean Arthur Rimbaud, Orfeo de Charleville, 

Tu lira fue tu canto liberador  

Ante quienes  tenían la llama de la poesía 

Cautiva en el averno del  parnaso. 


Nos enseñaste que el poeta, Prometeo desencadenante, 

es quien rescata ese fuego y lo distribuye entre todos. 


Tú nos retas a no seguir siendo 

Actores de quinta categoría 

En las letrinas de la historia, lánguida y ruin,

Con jugueticos que dan la ilusión

De estar pisando duro en el mundo 

Y sólo somos balbuceo entre migajas de pan ázimo.


Tus poemas 

Brotan como ojos de un jardín,

Allí donde el estupor es un piropo,

Un guante de seda el terror.


Dador de  la  clave de los sueños. 

Tu poesía avanza

Con tus dones de mensajero 

De la nueva fiesta sobre la tierra.


Un fuego infernal envuelve al mundo.

Leche del desahucio bebemos con delirio hasta el torpor.


Tu luz es un río 

Que rebasa el cauce de las venas.


Que las potencias de tu poesía 

Pueblen de revelaciones la orfandad de los despojados,

Más drástica que mil Saharas.



Jairo Guzmán