miércoles, 2 de abril de 2008

POEMAS DE PEDRO ARTURO ESTRADA. Del texto inédito: Mientras Ciorán enmudece

Foto de Jairo Ruiz

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22

Voces del día insidiosas
otra vez te reclaman.
Giras también
y se diría el éxtasis,
la primera mañana,
el vibrante fulgor
de esa palabra.

Déjate llevar como un niño,
te susurra el ángel,
la voz del árbol cercano.

Déjate ir,
asciende también
dicen de arriba.

Pero tú resistes
aferrado al último hilo
de incertitud,


—insalvable.



23


¿Pero de qué te sirve acumular sobre el vacío
más aire, agregar a la sombra más palabras?
¿Acaso no llegaste por esta parte al fondo
hace ya siglos?

Toda la realidad se balancea,
danza en las alturas
de la alucinación.



24



Después de los cincuenta
la vida escapa invisible,
silenciosa y dulce.

—Atrás la algarabía.

El sueño regresa de lejos
como una suave fatiga,
aire templado que respiras.

La temible calma del cuerpo
como el agua del pozo
bajo el cielo inmutable.

—Y la sombra.




25

Para Javier Naranjo

Ciego lugar
donde cada palabra desnuda
el doloroso resplandor del instante.

Donde tiembla
el infinito que no dice
mientras el cuerpo
deambula
entre orillas de luz
y sombra,

—silencioso.


26


Bienvenida, perfecta irrealidad,
dilución de la certeza en humos angélicos, espejismo,
claridad mutante hacia la tiniebla absoluta.
Bienvenida inconsistencia del tacto, visión dudosa
que nos salvas del dogma,
de creer que creemos.

Bienvenida, refracción íntima de la luz
en el núcleo seroso del cáncer que aniquila
la fe, el confiado vigor del músculo
y el impulso sensual.

Bienvenida, fatiga sabia
que creces y te adensas
tranquila en las arterias.

Amiga que das tiempo
después de todo al tiempo.


27


Ya que permites ir a ninguna parte y al centro
de la nebulosa donde sólo hay silencio.
Ya que dejas reinar en el sancta sanctorum del cuerpo
el vago sol de la náusea, ya que dejas morir sin ruido
ese animal voraz que dentellea bajo la piel: el amor
y todas sus crías deletéreas, ya que asfixias la rabia,
ya que pudres antes que alcancen a brillar
las peligrosas, ambiciosas ensoñaciones del cerebro,
ya que humillas la sangre con la mano invisible
que también agacha los jardines, ya que subes
por los dedos afianzando la música que perderá
los sentidos, ya que doblegas la primera mirada
que busca afuera la salida del laberinto, ya que
nada pueden, nada podemos ante ti,
contra ti,

no dejes libre entonces
ninguna fisura
ninguna herida olvidada

ningún pavor suelto.



28


Algún día la soledad
será tan insípida como un vino aguado.
Algo viejo, algo rancio arruinará el banquete
de los solitarios venidos de todos los rincones.
El cansancio habrá invadido los ojos, las bocas,
las manos de los comensales, un ligero vértigo
aflojará los gestos. Nadie sin embargo
osará levantarse, permitirse la grosería
de un eructo, una arcada, ni siquiera una tos
o un carraspeo desatinado en mitad del silencio

Y la tensión acumulada que sin remedio
hinchará los cuerpos hasta lo insoportable
reventará en la felicidad demente
por siglos mantenida a raya.

Se beberá del vino azul de un tiempo
disputado a las lágrimas, se hartará
la vida de la vida misma…
pero los poetas, ah, los poetas
volverán a abrir las puertas
a las fieras.

(2007)


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Pedro Arturo Estrada (Girardota, Antioquia, 1956).
"...Sus poemas son los de alguien que ha vivido una experiencia, de la que uno siente que vuelve con algún desencanto; alguien que ha dejado atrás, para decirlo con un bello verso suyo, "el sueño mal soñado de la juventud", y ahora busca saber "qué de verdad nos pertenece/ qué de verdad hemos perdido" Amarga a trechos, su poesía se orienta sin embargo hacia el misterio, como si tratara de descifrar "la aritmética exacta de la muerte"pero también "los signos que Dios escribe/ en los dormitorios penumbrosos". (José Manuel Arango)

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"Sus textos reflejan cierta visión desesperanzada del mundo aunque no cae en la queja gratuita. Antes bien, se asientan sin ilusionismos en la sobriedad de una palabra que da cuenta de su circunstancia sin exageraciones ni atenuantes. Hay en este poeta un respeto natural por el lenguaje con el que sin embargo, explora decididamente, desde una perspectiva muy personal, temas siempre esenciales: el tiempo, la muerte, el vacío existencial, el amor y aun el miedo; la crisis en la que hoy por hoy nos movemos. Es la suya una voz sin estridencias, sin poses, pero no desprovista de madurez y conocimiento." (José María Zonta)



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Ha publicado: “Poemas en blanco y negro” (Ed. Universidad de Antioquia, 1994), “Fatum” (Colección Autores Antioqueños, 2000). “Oscura Edad y otros poemas” (Universidad Nacional de Colombia, 2006) y “Deshistorias” (El ojo mágico editor, 2006). Premio Ciro Mendía (2004). Miembro de la Casa de Poesía Porfirio Barba Jacob hasta 2005. Colaborador de diferentes periódicos y revistas del país. Incluido en antologías nacionales y locales y ha participado, como poeta invitado, en el Festival Internacional de Poesía de Medellín.