sábado, 30 de agosto de 2008

UN POEMA DE CÉSAR MORO






Viaje hacia la noche

Es mi morada suprema, de la que ya no se vuelveKrishna, en el Bhagavad Gita


Como una madre sostenida por ramas fluviales
De espanto y de luz de origen
Como un caballo esquelético
Radiante de luz crepuscular
Tras el ramaje denso de árboles y árboles de angustia
Lleno de sol el sendero de estrellas marinas
El acopio fulgurante
De datos perdidos en la noche cabal del pasado
Como un jadear eterno si sales a la noche
Al viento calmar pasan los jabalíes
Las hienas hartas de rapiña
Hendido a lo largo el espectáculo muestra
Faces sangrientas de eclipse lunar
El cuerpo en llamarada oscila
Por el tiempo
Sin espacio cambiante
Pues el eterno es el inmóvil
Y todas las piedras arrojadas
Al vendaval a los cuatro puntos cardinales
Vuelven como pájaros señeros
Devorando lagunas de años derruidos
Insondables telarañas de tiempo caído y leñoso
Oquedades herrumbrosas
En el silencio piramidal
Mortecino parpadeante esplendor
Para decirme que aún vivo
Respondiendo por cada poro de mi cuerpo
Al poderío de tu nombre oh poesía


***
CÉSAR MORO. Seudónimo de Alfredo Quíspez Asín, poeta y pintor peruano nacido en Lima en 1903.En 1925 viajó a París donde se adhirió al movimiento de André Breton, participando activamente en la publicación Surréalisme au Service de la Révolution. Su actitud vanguardista, tanto en el arte como en la literatura, lo convirtió en uno de los voceros más relevantes del surrealismo hispanoamericano. Regresó a Lima en 1933 y cuatro años más tarde se radicó en México donde vivió la etapa más productiva de su carrera.Con Emilio A. Westphalen editó la revista literaria El uso de la palabra. En 1944, se apartó públicamente del surrealismo ortodoxo y volvió a Lima en 1948, haciendo amistad con el francés André Coyné, quien se convirtió en su albacea, publicando sus obras después de la muerte del poeta ocurrida en 1956.Entre sus libros se destacan «Le château de grisou» 1943, «Lettre d'amour» 1944, «Trafalgar Square» 1954, «Amour á mort» 1957, «La tortuga ecuestre» y «Los anteojos de azufre»