domingo, 6 de abril de 2008

POEMAS DE LUCÍA ESTRADA. Del libro: LAS HIJAS DEL ESPINO


YOCASTA


Si preguntaras
a la Piedra
respondería con tu nombre:

el propio corazón
es el oráculo.


***


DJUNA


Pregunto por el sueño

y en respuesta
lentos animales
de la noche
rodean mi casa.


***


ALMA MALHER

Yo también lo prefiero.

Es más bella la mano
al pulsar una cuerda invisible.

Cuando duermes,
reaparecen las tres mil sombras de tus dedos
tejiendo filigranas
en el oscuro cuello del dragón.

Te miro inquieta
sin atreverme a respirar.

Es la hora más alta
del doble vuelo nocturno.

Escribo en la seda de tus párpados
mi temor de perderle,
de que huya como gato por los techos,
de que salte y reviente la cuerda
de todas las campanas del mundo,
de que se despeñe con el sonido metálico
de un arcángel
en el centro mismo de la orquesta.

Yo también lo prefiero
cóncavo y oscuro.

La clave blanca y negra
de todo cuanto existe
se advierte
en su sinfonía de agujas.

***


MARY SHELLEY


Vivir en la cercanía de todo,
en el temblor de las hojas,
en la herida viviente del destino.
Y acercarme,
y compartir el horror de sentirse
una materia blanda,
sin lenguaje,
un cuerpo desfigurado
por la excesiva prudencia de Dios.

El viento arrastra el vacío de los ojos,
la boca condenada,
el peso de la eternidad,
el pliegue de la vida vuelta en sentido contrario,
la resistencia de las rosas,
la estrella negra del nacimiento.

¿Por qué no gritas?
¿por qué no destruyes
los castillos de la culpa?
¿por qué no arremetes
contra mi espanto?

¿Por qué no eclipsas la visión?

Hay un lugar reservado para tu abandono.

No aguardes la venida
de lo inevitable.

***

CLARA WESTHOFF


Qué cercanas y distintas
las hojas de un mismo árbol.

Crecen silenciosas
en la contemplación de sí,
de sus bordes,
en el trabajo minucioso del insecto
que las hiere.

Apenas unidas por un hilo de savia
a la corteza del mundo,
a su naturaleza vegetal.

El viento las obliga a inclinarse
sobre su propia sombra
y en el misterio único
de ser Sauce o Avellano,
se adhieren, se compenetran
sin perturbarse.
Así, recibirán a un tiempo
su gota de lluvia,
el beso ígneo del verano.

Caerán también bajo la misma luz,
rodearán como sílabas diversas
de un mismo alfabeto
la profundidad de las raíces,
la grieta oscura del tronco
que las vio levantarse
y permanecer.



***


NATALIA GONTCHAROVA


Opondré a tu belleza
la certidumbre de mi espanto,
a tu inmovilidad de cisne
la roja pulsión de la sangre
al borde de la pesadilla.

Tú, la más diestra cortesana
de los jardines prohibidos,
no podrías resistir
la verdad de mi abrazo
ni las agujas de la fatalidad
que hundo en aquellos que osan mirarme.

Nunca tendré tu rostro.

Levanté sobre su máscara
mi escritura de hueso
y ángeles terribles,
ahogué con ceniza
el camino de perfección
que habías trazado.

Tú no estabas en mí
como la primera serpiente.

Algo se detuvo
y siguió la senda contraria,
y crece lejos de ti
como una señal
en el ojo de la reina.

***

ROSE BEURET


El cuerpo inmóvil junto a la ventana,
el aire, roja vertical,
el vacío
y la mesa desnuda.

No piensas marcharte,
tampoco hay un lugar
a donde ir.

Una ceniza negra
se desprende del cielo,
una constelación de hormigas
que pronto acabará con los restos
de un desayuno infernal
que sólo tú comiste.

Alguien como tu sombra
se desprende de la ventana
y cae lentamente
hasta no ser advertida
por el viento.


***

CAMILLE CLAUDEL


Ella imaginó una cárcel,
la flor de locura
convertida en piedra.

Se reconoció en desventaja,
se afiló las manos,
el rostro,
el vacío
y los restos de su sombra
devorada por las hormigas.

En un viejo cuadro
de la estancia,
su figura
se disuelve.



***


Lucía Estrada (Medellín, 1980)

Ha publicado los libros de poesía Fuegos Nocturnos (Medellín, 1997); Noche Líquida (Colección del Ministerio de Cultura, San José de Costa Rica, 2000), Maiastra (Ed. El Tambor Arlequín. Medellín, 2004), Las Hijas del Espino (Cobalto Ediciones. Medellín, 2006) y El Ojo de Circe (Antología - Colección Universidad Externado de Colombia y revista Elmalpensante, 2006). Sus poemas han aparecido también en varias antologías y publicaciones del país y del exterior. Con su libro Las Hijas del Espino obtuvo el Premio de Poesía Ciudad de Medellín (2005). Actualmente hace parte comité editorial de la revista literaria Alhucema, Granada-España.