domingo, 13 de abril de 2008
A UNA CIUDAD. Poema de JUAN DIEGO TAMAYO. Escrito en 2001.
Para Mercedes Vallejo
en el viaje por la vida
A UNA CIUDAD
I
El reloj resuena
rosa negra sobre mantel rojo
observo
seguir adelante
los huesos se quiebran
en la niebla
un recodo de sangre
única convergencia la sangre
flor del pensamiento
II
Allí los relojes
la pared manchada de aceites
la araña disecada
qué luz romperá esta tiniebla
las lágrimas se ahogan en el laberinto
de la memoria
camino sobre tus puentes
París en la neblina
y el sol que es nostalgia
vaho de mariposas
y calles desoladas
ya nadie se mira frente a frente
hay un diálogo con las calles
con la memoria de otros que entrevieron
la huella de otros
el olor del río
de la fragancia del día
en las fuentes que saltan para dar de beber a las nubes
el trasegar lánguido
el ruido de los trenes en las estaciones
todos buscan afanados un destino
que la ciudad les niega y les recompensa
con el sol que se abre
en los jardines de Luxemburgo
un sol es la recompensa
el canto de las aves
se pierde entre nubes de tristeza
las palabras anidan en vagos recuerdos
sólo la nostalgia engendra el verbo
como si hablar fuera sólo conocerse
fuera sólo preguntar al otro el camino
preguntar donde queda el osario
y dejar reposar los huesos fríos
que caminaron tus laberintos sin descubrirte
y parece que es sólo la muerte
la que te brinda el encuentro
III
Es así- acaso es así
de qué otra manera serlo
no hay un río que venga a tu encuentro
no hay otro silencio
para tus luces esparcidas
como mariposas de fuego
como funestas mariposas de fuego
vendrá otro trinar de furia
otro viento que agite las entrañas
que disperse tus vocablos
de nieve de furor de presagio
tal vez te hemos tomado demasiado
en serio
y mejor será decir que
tus calles terminan en un callejón
donde las rosas esperan
a los muertos
que en tu río enhebran estrellas
quienes te visitan llegan para bailar al frío
de tu rostro muerto
oscuras palomas de tus campanarios
las niñas de tu amor
palpitan como el corazón en la mesa
tantas veces deseadas tus brisas de dorada carne
tus puertas monumentales
que se cruzan con un fajo de crisantemos
tus galerías donde los siglos
en su urna de sueño reposan intocables
IV
Háblame con tus signos
que te hicieron inmortal
háblame con tus signos
que te hicieron voluntad oculta
lumbre de la carne
fiesta del consuelo
libertad encadenada
tu deseo devorada el deseo de quien te habita
tu sombra se alarga como un puñal
ríes
y con mil soles
te recuerdan altiva antigua dama de las emociones
de los viajes posibles
me despido
para encontrarte
mis soles iluminan tus mañanas
y allí han de ennoblecer tus calles tus puentes tu río
V
Hilos que habito
hilos en los que tiemblo
hilos sólo hilos
para hilar la risa
el viento
el tiempo
hilos
fibras del sol
recorriéndome
me envuelve en frases ascendentes
en ríos de espuma salobre
en tiempos imantados
tú hilvanada sombra
sumerge tu mirada de rencor
tus aves de plumaje sangriento
tu soberbia de amo encadenado
deshila las ataduras del cariño
de la palabra a la carne
del rencor a la claridad
tu hilas el mundo
con el hilo del que estás tejido
VI
espacios silencios ritmos
fisuras de la palabra
intersticios de la luz
teje otra imagen de lluvia
todo el mundo tañe desde antaño el
espíritu
trompetas alambicadas
son el único sello
con el que se puede jugar
jugar como un juego de espejos
en la caverna de las palabras
silencios ritmos
más oscuros que los dichos anidan en las palabras
la escritura se engendró en las cavernas
es un descenso
y aún la imagen de la noche no cifra su final
todo allí se hila
confluye pues más misterio se hace
en su silencio de sentido
su sentido
la letra
la llama
el brote de mil vocablos
que divide tempestad y sol
abrigo y ausencia
en su silencio
el centro indefinido
la orilla de la música en el balbuceo
sentido
mis rayos de ocarina te engendran
te repliegas en el pasto
como una oruga que conquista la hoja
mis arañas de la melancolía te reconocen en el pozo
del no querer nada ni la nada
te abres
festín del verbo
te abres sentido
al sin sentido
que señalamos
enigma
VII
Tu sino
tu luz
tu sílaba
develan
El misterio de la palabra de la risa
la risa un pensamiento
en ruinas
un pensamiento en la consagración
del trino
del misterio salvífico
un trino
alusiones de cantos desmedidos
exaltados en la bruma del cielo
en el pantano donde bebes sílabas
augurios como de palomas
VII
tu sombra flota
inerme
en la flecha que vibra con el sol
un cántaro de ilusiones es el día
duermo arrullado por las dunas del silencio
nazco de nuevo para saber de la rosa
tu río me devuelve la austeridad del silencio
es el momento de consagrar el destello de las velas
tu nombre regresa para hilar el tiempo de la neblina
era este el canto de la montaña oculta
oh fruta donde renace la armonía del tiempo
ternura de la noche en llamas
abarca mi noche
mi permanencia sobre las cosas
no dejes al horizonte llenarse de púas
mi talismán vence todo límite
todo hechizo
las olas del mar suben hasta mi boca
para cantar todos los desasosiegos
todas las escalinatas conducen a la alegría
renacemos en los labios del día
oh luz inmensidad de qué otra forma nombrarte
tú
manantial de risa
último fuego
tus ramas tocan el cielo de la desidia
tu araña de luz
es menor que el misterio de la
penumbra
olvidas los años olvidando las florestas
pisando la música
como las playas del infortunio
traes un bosque en tus ojos mustios
una orquídea en la brasa de tu corazón
sonríes para aclamar el cielo
que te cubre de estrellas
cuando tu ventura
entierra los pájaros de tus miedos
tu corazón es un río de plumas
un sol de sangre cuando gritas
VIII
El reloj resuena
abre tus puertas
tus escalinatas golpeadas por los años
no dejes que los bosques sepan del humo gris
tu mar asciende hasta las estrellas
tu mar – como todo mar- es la flor del sol
mi rostro no descansará hasta ver como te abres
ciudad de murallas de nieve
de fríos llenos del calor de la maldición
tu nuevo rostro descanse en mi espera
bajo tus puentes el río
descanse mis furias de pétalos mis vestigios de silencio
mis clamores al agua
sólo en ti me construyo
pequeña intocable enigmática
como mi ser
que aún recorre tus calles tus puentes tu río
que serán por mi sol
ennoblecidos
IX
tu ojo subterráneo
tantea el río de la noche
hilas este cielo para la oscuridad
diré tu nombre entre la lluvia
y restablece la medida de la estrella
que hace intenso este cielo
tu nombre de agua duerme arrullado por las murallas
las olas golpean bajo los ojos
que nos recuerdan distantes
cercanos
dos soles se tocan
como dos fuegos
para conjurar el misterio del corazón cansado
tus puentes espacios de flor
tus raíces de amor
tus vientos cubriendo hasta ahogar mis sueños
cadena de tus vientos
el cielo mismo es tu sombra
que palpita como un manantial en el desierto
las campanas se duermen en tu muerte
sólo palpita el río
con sus muertos que enhebran estrellas
con sus libreros
entre el libro blanco
del paraíso del mar del siglo
grita grita
estrella de tu melancolía
historia que alcanzaron a tocar y recuperar mis manos
renaces estrella
el ritmo de tus horas es prisma en mis palabras
que flotan en mi río de guirnaldas que cubren tus orillas
con laúdes de luz aros de alegría
toca el misterio que para ti traigo
mi luz es tu respuesta
mi música
tu fiesta inaugural
canto
pues he sido tu canto
tu alegría salvaje
tu flauta de ópalo ante flores marinas
mis dedos brillan cuando abandonas mi memoria
canto
profanando tus piedras
rozando tus mármoles
navego tus naves incendiadas
canto
dulce canto
que al día se entrega
morada que
al día cubre con sus lirios mustios
X
te llamo
fruto prohibido
máscara ritual de mi sueño
entre tu boca y la mía se levanta un río de estrellas
y palabras
que a veces creo que son las mías
por eso vienes a mí
a encontrarme descansando en el arroyo de tus voces
de tu historia de rostro que no descansa
entre tú y yo se levanta un mar de glorias y lágrimas
el cristal de mi noche
resuena tu lejanía
un himno en la distancia eres
una luz
un hilo de oro
para respondernos
en la distancia
tu brisa de madreselva
ríe de sol en los ojos
navega tu corazón
tu mirada de espacio sin flor
el recinto de las velas consagradas al aire
te recuerda las ventanas de la aurora
ahora te aventuras
a llenarme
a poblarme de tu luz de tus fuegos de tus llamaradas
como la serpiente que bebe por el incendio de la tarde
de tus aguas bebo
como si fuera del cuenco de la noche
una sola aventura entre el corazón y la distancia
el cielo de tus aguas en mi boca
dice
también
tu sed
XI
Mi mano palpa tus otoños
las hojas no son el amarillo
de mi niñez
los frutos no caben en mi corazón
al cerrarse el día
tu nombre saluda
el desierto
nos reconocemos en ese nombre
en ese campo
sembramos la uva inmemorial de nuestro encuentro
te llamo savia y me respondes clamor
somos uno en la uva que anticipa la ternura
XII
Un hilo de silencio
abre su telón
te descubro
tu luz serán mis besos
abriré la ruta de las alegrías
recinto de mis pasos en las galerías estelares
tú no lo sabrás
tus pasos serán de helada brisa
porqué me conduces
a
ese silencio sin horizonte
la raíz de tu nombre detiene toda promesa
mas en ti toda promesa
toda ola en el crepúsculo de la espera
todo nombre cruzado con los labios que te nombran
estrella de estos labios
sin saber de tu estrella de tus luces de tu nombre
mírame
ojo de cristal en ruina
la triste crisálida de tu dolor
teje las piedras cautivas de tu rabia
mírame
espejo de Medusa
sé colgar relámpagos como hacer inscripciones en la nieve
tu llama de agua
va siendo el fruto del horizonte
la alegría del bosque
en tus calles de irreconciliable tristeza
habitas un misterio como un furor por saborear
tus ríos de fiesta enfurecen en la tiniebla
renaces
en falsos escondites
de palabras tan subterráneas como tu corazón
adormece mi silencio
déjame brillar en la estrella de tu destino
cierra tus ojos
estrella mía
la aurora es más alta
que el árbol de la duda
tú
furtiva en el ónix de la semejanza
deja escapar la salamandra
XIII
ríe ríe ríe
esta tiniebla no es para tu fuego
tu risa de asfódelo
arde en el ombligo del mundo
levanta las anclas al otoño del mediterráneo
aguas de libélulas te llevan
para iluminar el follaje de la mirada
el tiempo marca el nombre de tu sangre
y tu sangre galopa descubriendo la
noble intensidad de la luz
tú y yo habitándonos
silencio de bruma vacío de esta noche descifrándome
brilla
estrella mía
tus calles tus puentes tu río
el vacío espera las semillas
el sol surge como el rumor del viento
tu montaña encadenada fulgura
como una mariposa en la celda
te habito
mis ojos se extasían con tu corazón de hierro y pétalo
te habito
y me escondo en tu noche de alfabetos de ceniza
relampagueo una palabra
y el misterio te fecunda
dorada luz de mi acierto
tu piedra de tempestad me esconde de tu golpe
escudo de la noche
no renunciaré a bruñir el nombre de mi ímpetu
mi palabra dirá lo que se oculta en tu aire
el gris de tus calles
se compensa con el amarillo de tus cuadros
las uvas de tu misterio las bebo
al son de las harpas secretas del sol
soy tu nombre y te nombro
espacio inhabitado y por mí nombrado
calle secreta donde todos siembran sus ojos
la boca de tus aguas me dicen lo que eres
ciudad de sombra de luz de rumores
el fuego de tus horas
tu mano cubierta de nieve
tu calma prodiga estrellas
el reloj resuena
rosa negra sobre mantel negro
observo
mis huesos cantan el misterio del mundo
HÁBLAME
ESPEJISMO DE TU SANGRE
MISTERIO DE TU SURGIMIENTO
DÓNDE TU LLUVIA ES MÁS FUERTE QUE LA LUZ
LAS RAMAS DE TU DESESPERACIÓN
SE INCLINAN HACIA LA LLUVIA QUE NOS COBIJA
ESTRELLA MÍA
SANGRE DE MI CIELO
TÓCAME PARA FUNDARTE
TE HABITARÉ TRAS LA LLAMA QUE NOS RECONOCE
ESTRELLA MÍA
TUS FLORES DISECADAS FLOTAN EN LOS RÍOS DE MUERTE
HENOS AQUÍ PARA HABITAR ESTE MISTERIO
PARA FUNDAR LA LUZ CON NUESTRAS PREGUNTAS
***
Juan Diego Tamayo Ochoa. Medellín, 1968. Licenciado en Lingüística y Literatura (U. P. B). Magíster en Filología Hispánica. (Instituto de la Lengua Española de Madrid)
Ha publicado el libro de poemas: “Los Elementos Perdidos” ( Poemas. 1986- 1998). Cofundador del Festival Internacional de Poesía de Medellín. Ha sido invitado a diferentes Festivales Internacionales de Poesía. Ha realizado diversos talleres de Poesía y apreciación Poética. Poemas suyos han aparecido en las revistas especializadas de poesía: Prometeo, Misterio Eleusino, Imago, Punto Seguido, Isla de Barataria…
Tiene inéditos los libros de poesía: Palabra Espejo. Trazas del Bosque. A una Ciudad.
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