sábado, 6 de agosto de 2011

EL COMBATE POÉTICO. Autor: Jorge Carrera Andrade


poema visual de joan brossa

Tú me darás el arma, Poesía
para vencer al enemigo oculto,
para arrasar las fortalezas fatuas,
para escalar las torres de lo bello,
para extirpar las sierpes del planeta
instaurando el reinado del rocío.

Oh Poesía armada
clava tu alfanje de cristal y música
en el cuerpo del pulpo de la sombra,
da muerte al escorpión de la injusticia,
corta el pan de la luna para todos,
protege al nido, corazón del árbol,
a los seres vestidos de inocencia,
a las albas del mundo
y ciñe tu armadura transparente
para el combate diario con la noche.

No permitas que rueden las palabras
de peldaño en peldaño hasta el estiércol.
Haz huir a los cuervos emisarios
de fealdad, que mienten en tu nombre.

Tú me darás el arma, Poesía
para abolir el reino del Oscuro
y devolver al hombre el patrimonio
de la luz transformada
en amor a las cosas del planeta.


*** 

Jorge Carrera Andrade

(Quito, 1903-1978) Poeta ecuatoriano cuya obra se considera la superación del modernismo y la iniciación de las vanguardias en su país. Cosmopolita en su formación y en sus planteos estéticos, trascendió ampliamente las fronteras locales y ejerció la traducción, el ensayo y la diplomacia, con el mismo ahínco con el que escribió poesía.

Estudió en la Facultad de Jurisprudencia de Quito, en la de Filosofía y Letras de Barcelona (España) y en la de Aix (Francia). Político y diplomático, fue secretario general del partido socialista ecuatoriano (1927-1928), secretario del Senado y del Congreso, cónsul de su país en Paita (Perú), El Havre (Francia), Yokohama (Japón) y San Francisco (EE. UU.); secretario de Embajada en Venezuela, ministro plenipotenciario en Gran Bretaña y delegado en la U.N.E.S.C.O.

Jorge Carrera Andrade perteneció a una generación que rompió con la estética de los poetas modernistas; el joven Carrera publicó Estanque inefable (1922) como un momento bucólico y melancólico de su poesía, con exaltaciones del campo y de la naturaleza. Ya desde entonces dejó ver el ánimo de construcción de una perspectiva literaria para mirar y hablar de las "cosas pequeñas" y terrenas, frente a una línea poética que indagaba más bien las grandes cuestiones.

En La guirnalda del silencio (1926) se advierte nuevamente un acendrado interés por la conformación de un acento poético renovador en el que se disimula la acción de la política, porque Carrera se halla más bien en un proceso de construcción de una identidad poética separada de sus funciones agitacionales, aunque desde una perspectiva menos intimista y más humana y universal.

Boletines de mar y tierra (1930) está escrito bajo la influencia de las vanguardias hispanoamericanas del período. Gracias a la metáfora del viaje marino, Carrera empieza a crear en su poesía una sensación de universalismo que, si bien al principio es geográfico, pronto produce un redimensionamiento del lugar geográfico como sitio de enunciación del arte del poeta. De 1945 data Lugar de origen, libro en el que se van hallando nuevas claves que buscan conjugar una proclama de la tierra junto a una posición de universalismo cósmico. El poema que da título al libro insiste en esta línea de impresiones metafóricas ligadas a la tierra.