domingo, 26 de diciembre de 2010

CUENTO DE NAVIDAD. Por: Roland Topor

Roland Topor



CUENTO DE NAVIDAD


Mientras esperaba, escondido detrás de un sillón, al pequeño Henry le latía el corazón muy aprisa. Eran las doce de la noche menos tres minutos. Muy pronto podría sorprender a Papá Noel y arrancarle, a fuerza de súplicas, el vagón correo que faltaba a su tren eléctrico.

Cuando se desgranaron las doce campanadas de la medianoche, trocitos de hollín empezaron a caer en los zapatos que el pequeño Henry había puesto debajo de la chimenea.

Después fue Papá Noel en persona quien hizo su aparición, con su bonito traje rojo manchado de hollín.

- ¡Buf! -hizo, y con voz de falsete y ceceando-: ¡Me he enzuziado todo!

Cuando se dio cuenta de la presencia de Henry, batió palmas.

- ¡Oh! ¡El maravilloso nenito! ¡Hola muchacho!

- Hola, Papá Noel...

El pequeño Henry estaba asombrado. No era así como imaginaba a Papá Noel. Este era joven, y más bien amanerado.

- Ven a zentarte en miz rodillitaz... Te daré caramelos.

Papá Noel se había sentado en el reborde de la chimenea. Henry se apresuró a obedecer. Los caramelos estaban muy buenos, y las caricias que los acompañaron dulces, muy dulces...

- ¿Dónde eztán tuz papáz? -preguntó Papá Noel con voz insidiosa.

- Mamá está en la montaña y papá duerme en su habitación -dijo seriamente el pequeño Henry.

- ¡Muy bien! Entoncez voy a zaludar a tu papá. Acueztate y zé bueno.

A paso de lobo, el hombre de rojo se deslizo en la habitación del papá de Henry.

Sin hacer ruido, se sacó sus grandes botas y se metió en la cama.

El padre, dormido, balbuceó:

- ¿Quién está ahí?

- Zoy Papá Noel -dijo Papá Noel. Y lo sodomizó.





Roland Topor artísta pánico, fundador de este grupo junto con Alejandro Jodorowsky y Fernando Arrabal, patafísico, artísta multifuncional, dibujante, actor, director, escritor, quimérico inquilino, compositor de óperas románticas, cruel, cadáver,... un señor que quiso ser un imbécil, olvidarlo todo... nosotros no le olvidamos... lamentablemente una inmensa mayoría no llegó ni a conocerlo... solución...



Tomado de  TIJERETAZOS

viernes, 24 de diciembre de 2010

LA DAMA OVAL. Leonora Carrington


pintura de leonora carrington


LA DAMA OVAL



Una dama muy alta y muy delgada se hallaba de pie delante de su ventana. La ventana era también muy alta y muy delgada. El rostro de aquella dama era pálido y triste. Permanecía inmóvil y nada se movía cerca de la ventana, excepto una pluma de faisán que llevaba prendida en sus cabellos. Aquella temblorosa pluma atraía mi mirada. iSe remecía tanto en aquella ventana donde nada se movía! Era la séptima vez que yo pasaba por delante de la mencionada ventana. La dama triste no se habla movido y, a pesar del frío que hacia aquella tarde, me detuve. Tal vez los muebles eran tan altos y delgados como ella junto a su ventana, y tal vez el gato (si es que había uno) respondía también a tales elegantes proporciones. Yo deseaba saber, era presa de curiosidad y de un irresistible deseo de entrar en la casa simplemente para cerciorarme. Antes de caer en la cuenta de lo que hacía, me hallaba en la entrada. La puerta se cerró sin ruido detrás de mi, y por primera vez en mi vida me hallé en una verdadera mansión aristocrática. Era sobrecogedor. Primero, el silencio era tan distinguido que apenas me atrevía a respirar; luego, los muebles y los objetos de adorno eran de una elegancia suma. Cada silla era por lo menos dos veces más alta que las sillas corrientes y mucho más angosta. Para aquellos aristócratas, hasta los platos eran ovales y no redondos como los que usa todo el mundo. En el salón donde se hallaba la Dama Triste el fuego brillaba en la chimenea y había una mesa llena de tazas y pastelillos. Cerca de las llamas, una tetera esperaba tranquilamente que su contenido fuese bebido.

Vista de espaldas, la Dama parecía aún más alta: tenia, a lo menos, tres metros de altura. El problema era éste: ¿cómo dirigirle la palabra? ¿Decirle que hacia un tiempo de perros? Demasiado trivial. ¿Hablar de poesía? ¿De qué poesía?

- Señora,¿le gusta a usted la poesía?

- No. Detesto la poesía -me contestó con una voz de fastidio, sin volverse hacia mi.

- Beba una taza de té; esto la tranquilizará.

- No bebo, no como. Lo hago para protestar contra mi padre, ese cochino.

Tras un cuarto de hora de silencio, ella se volvió y quedé sorprendida al advertir su juventud. Debía tener unos dieciséis años.

- Es usted muy alta para su edad, señorita. Cuando yo tenía dieciséis años, mi estatura era la mitad de la suya.

- iMe importa un cuerno! De todos modos, sirvame un poco de té, pero no lo diga a nadie. Tal vez tome uno de esos pastelillos, pero recuerde sobre todo que no debe decir nada.

Comió con un voraz apetito. Antes de engullir el vigésimo pastelillo, me dijo:

- Aunque me muera de hambre, él no ganará nunca. Desde aquí veo el cortejo fúnebre con sus cuatro gordos y relucientes caballos..., marchando lentamente, y mi pequeño ataúd blanco en medio de una nieve de rosas rojas. Y la gente llorando, llorando...

Tras una corta pausa, continuó, sollozando:

- ¡Aquí está el pequeño cadáver de la bella Lucrecia! Y, una vez muerta, ¿sabe usted?, no hay nada que hacer. Tengo deseos de matarme de hambre, sólo para jeringarlo. ¡Qué cerdo!

Dichas las anteriores palabras, salió lentamente de la estancia. La seguí.

Al llegar al tercer piso, entramos en una inmensa habitación destinada a los niños, donde, esparcidos por todas partes, se veían centenares de juguetes descompuestos y rotos. Lucrecia se acercó a un caballo de madera inmovilizado en actitud de galope, a pesar de su edad, que debía frisar en los cien años.

- Tártaro es mi preferido -dijo ella, acariciando el belfo del caballo-. Detesta a mi padre.

Tártaro se meció graciosamente sobre su balancín mientras yo me preguntaba cómo podía moverse solo. Lucrecia lo contempló, pensativa y unidas las manos.

- Irá muy lejos de esta manera -dijo-. Y cuando regrese, me contará algo interesante.

Al mirar hacia fuera, advertí que nevaba. Hacia mucho frío pero Lucrecia no se daba cuenta de ello. Un ruidito en la ventana llamó su atención.

- Es Mathilde -dijo-. Hubiera tenido que dejar abierta la ventana. Por otra parte, una se ahoga aquí.

Tras eso, rompió los cristales y la nieve entró junto con una urraca que, volando, dio tres vueltas por la habitación.

- Mathilde habla como nosotros; hace diez años le partí la lengua en dos. iQué hermosa criatura!

- iHermosa criatura! -graznó Mathilde, con voz de bruja-. iHermooosa crrrriaturrrrra!

Mathilde se posó en la cabeza de Tártaro, que continuaba balanceándose dulcemente, cubierto de nieve.

martes, 21 de diciembre de 2010

UN POEMA DE JEAN ARTHUR RIMBAUD




¿Qué son para nosotros, corazón, las manchas de la sangre
y de las brasas, los mil asesinatos y los largos gritos
de rabia, sollozos del infierno derribando
cualquier orden; en tanto el ciclón brama sobre sus ruinas;

y toda la venganza? ¡No son nada!... Pero a pesar de ello,
¡la queremos! Industriales, príncipes y senados:
¡Pereced! Poder, justicia, historia: ¡abajo!
Esto se nos debe. ¡Sangre! ¡Llama de oro!

¡Mi espíritu he entregado a la guerra, a la venganza,
al terror! Volvamos a morder. ¡Ah! Pasad ya
repúblicas de este mundo! Emperadores,
regímenes, colonos, pueblos. ¡Ya basta!

¿Quién removerá los torbellinos del fuego furioso
sino nosotros y aquellos que imaginamos hermanos?
Venid, románticos amigos: esto va a gustarnos.
Jamás trabajaremos, ¡oh oleajes de fuego!

¡Desapareced, Europa, Asia, América!
Nuestra marcha justiciera lo ha ocupado todo.
¡Ciudades y campiñas! ¡Seremos aplastados!
¡Saltarán los volcanes! El océano aterrado.

¡Oh amigos míos! Mi corazón, seguro, sabe que son hermanos:
¡negros desconocidos, si fuéramos!¡Vayamos! ¡Vayamos!
¡Oh desgracia! ¡Siento estremecer la vieja tierra,
sobre mí y es vuestra más y más!¡La tierra funde,
pero no importa! ¡En ella estoy! y estoy para siempre

sábado, 18 de diciembre de 2010

UN POEMA DE DORIN POPA



CONFESIÓN EN DICIEMBRE


le pedí siempre al otro, con dureza,
que mirase las cosas de frente,
pero yo no las miré

mis condenas todas
permanecieron frente a mí durante años
pero no supe seguirlas
no supe seguirlas, no supe comprenderlas
no pude descifrarlas
hasta el final
nunca
supe llevar nada
hasta el fin

sólo la juventud pasa,
sólo la alegría pasa,
sólo la vida pasa,
sola, mi culpa entera perdura
- nunca supe llevar nada
hasta el fin;

siempre pedí al otro con dureza
que mirase las cosas de frente,
pero yo volví el rostro

y ahora cuando
nada espero
mi esperanza
es más fuerte que nunca

(trad. por Angelica Lambru)

miércoles, 1 de diciembre de 2010

UN POEMA DE ÓSCAR JAIRO GONZÁLEZ HERNÁNDEZ



ELEGIA VII


Ahora, esta noche, los martillos en la sien

Noche de la madre dispersa

Dispersa de la casa donde habitaba la palabra

Palabra que besa al caminante en la frente

Olor a aceite y a sales minerales cuando el crucificado

Denuncia y anuncia una falta, el pecado

En tus labios desiertos y abiertos por las heridas y la flor

Carne de tu carne; palabra de azufre

Padre que no pronunciamos delante de ti, porque no existías

Si no como emblema, exorcismo, protección sin mancha

Tú y yo traemos la corona de espinas

Extenuados cantamos sobre la piedra blanca que

Enseña el profeta para callarnos ante lo insondable

Levantas paredes, murallas, el sueño petrificado del hermano

Muerto

Para purificarnos de la nada que nos destierra del cuerpo que

Aún poseíamos

Tú lo llamas, lo invocas y el nunca viene, porque nunca estuvo

Entre nosotros ¿Para qué?

Cerramos sus labios esa noche para ver la pirámide

Luna llena en la Isla de San Andrés

Que me hizo verlo en las olas del mar que rompen antes de

Morir en la playa del silicio

Arena, ceniza, tumba, alcohol y cuerpos a punto de caerse

En el abismo de la desnudez

No había más que ojos inclinados ante el misterio indescifrable

Te hallé para no morir, cuando la muerte no era nada e iba a

Serlo todo para vernos

Te vi para no caer en tentación tras el vidrio en la hora de la

Cámara ardiente

Me arrodillé para no orar, para insultar

Hice trizas todas las palabras que el silencio me traía

No quería morir, no había por qué

La palabra no alcanza ni basta, por eso mismo encontré

El epitafio osario de mis huesos, mis palabras como huesos que Te buscaban en lo eterno

Eternidad que no me tiene como camino o senda

Es mi testamento, son mis cenizas las que hablan, no estoy

Muerto

Abro el libro del día como cráter de un volcán

Los que me ven solo me ven cuando el maná se convierta en

Lava

Bocas, hambres, llantos que no pueden beber sino como condenados

Nuestra ley es purificar al que no cree

El santo de la esperma levanta catedrales de sombra en tu mano

Del fondo del mar no vienen las olas sino auroras boreales

Al fondo de la roca Melusina lleva el pie desnudo

Invocando a los peces la hallé tambaleando, susurrando su

Nombre

Ante los vientos y las nubes

Porque nunca hay nada más ni siempre

Y el rostro musical de la muerte

Levanta la piedra de sal de las estatuas

En la tumba del yacente mientras la Madre cuida.





Óscar González, Medellín, Colombia, 1957, ha construido su obra poética simultáneamente con su trabajo ensayístico. Ambas prácticas son partes unificadoras de su devenir y su aporte ha sido muy valioso en diversos ámbitos del arte y la poesía. Dirige la revista virtual de poesía, arte y literatura Rinoceronte 14, es parte del grupo editor de la revista de poesía Punto Seguido, en la ciudad de Medellín, Colombia.

lunes, 22 de noviembre de 2010

CANTOS Y OTROS POEMAS, del libro: EXTRANJERA. Autora: Claudia Trujillo

pintura de remedios varo


Canto VI


Atrapada en un viento de sal,
la luz de mis labios
se convierte en nieve.

Noche a noche
soy exhortada por la locura del aliento
para tomar con el corazón
lo negado a mis manos.

Tan sólo por azar
se sublevó mi arcilla contra el cielo;
dolida ceniza del espíritu
esparcida a mi pesar
entre los hombres.

Fatigado viaje,
para sabernos al fin
más transitorios,
que el fugitivo canto de los pájaros.


Canto VIII

Ávida de cisne y viento
y agua celeste,
la casa de mi memoria
frágil como un instante
recoge los susurros de la eternidad.

Yo
extranjera,
ninfa del sueño
vestida de verde como las praderas,
me tiendo doncella
para que un río de cielos beba mi sed.

Un lirio galáctico florece  mi corazón,
una estrella, mi boca
secretos soles en mis ojos
y mi pelo luminoso ciega la tiniebla.
Floto entre auroras
no conocidas,
pero alcanzo su lengua
como un canto que dormía en el olvido.

Imperceptible el universo acecha,
declina sobre mí su fuego;
mientras el ángel de su aliento
desnuda el pájaro de luz
la flor
la piedra.



Canto IX

¡Señor de las presencias y las tardes!
el que habita en mi nombre
y en mi  luz,
el que mora en mi fiebre y mi fatiga
el que conoce mi avaricia de dulzura
el que mira  en mis ojos
y sopla entre mi oído el veneno de la gracia,
y tira de mis manos
para arrojarme al abismo de los días ...
el que me enseña lo que soy
en una lengua desconocida,
y torna en bendiciones mis horas oscuras
y se instala en mi delirio y mi plegaria...
¡Espíritu del fuego!
subyuga mi corazón a tu verano
purifica mis labios con el viento y el agua
esparce la inocencia sobre mi aliento,
permíteme el olvido
la aurora
la acción de gracias,
porque hechizada como soy, por una sola de tus palabras
por su hermosa ley
por su exacto esplendor
por su memoria perfecta,
me abandono
y tiendo mi alma sobre la tierra,

y nimbada de libertad y pájaros
florezco.


Canto X

Esa que danza
la escritura secreta de la estrella,
crisálida tejida de infinito
y perfumada de bálsamos
y tiempo sin inicio
y  poemas sin nombre...

...esa que mora en el sueño y la vigilia,
la casa oculta del espíritu,
memoria del origen
lugar del ángel y la niebla;
esa soy.

La que dispersa el rocío de su lágrima
en el follaje blando de líquenes y helechos,
la que habita la cólera
en los ojos que rayan la tiniebla
y hace sonar  su música
contra el tambor enrojecido de la tarde;
esa soy.

...Esa
ataviada de soles y de abismos,
de la savia del sándalo y el lirio,
la que levanta su cetro engalanado
abriendo caminos en el agua
y en el beso sagrado de las horas;
esa soy.

La del habla misteriosa
en los labios que anuncian lo invisible,
antorcha sobre la noche
maga por fin,
herida que levanta el silencio  en la palabra;
ésa,
la que nombra  y engendra
y otorga el alma al verbo
y luz a la negrura,
para que el polvo se levante
y cante.



Ofelia


Emancipada
ella se abraza al cristalino lecho del arroyo
y a su pureza,
se anuda el corazón musgoso.
Es tan de allí
como el ave del aire,
porque en su pecho crecen los lotos sin diferencia
porque los bordes de su cuerpo
son rivera para los guijarros
serena playa para las correntosas aguas.

La muerte es sólo un bálsamo
que arropa sus gestos raramente
una fragancia que la eleva
una danza.

Su espíritu se halla disperso entre los líquenes,
entre el río espumoso y azul;
y aunque los pájaros le prodiguen sus cantos
su lugar es la errancia.

Ella
seducida por el limo,
por el profundo ritual de las ondinas,
flota sin ataduras
como un pequeño barco sin destino.
Ella, desprevenidamente
atisba un cielo para su desventura.

! Manos dulces y tiernas de las ninfas,
velad por ella
para que llegue al fin hasta su patria !



Identidad


... Y sin la tarde
y sin su estrella,
y sin los pájaros que brillan
y sin su fuego...
¿  cómo habré de encontrarme ?

¿ Dónde,
todos mis nombres y mis calles,
mis jarabes de infancia y mi alfabeto,
mis refugios, mis aceras
mis charcos de luz ?

¿ Dónde mi rumbo,
sin el extraño acecho del azar,
sin la razón del tiempo
cantando el día ?

¿ Qué de mí
sin la ventana que anuncia el cielo
de mí,
sin mi ceniza, mi plegaria, mi patio,
sin mi ración de viento?

¿ Cómo podría respirar
sin este trueno de la sangre;
sin el poema que soporta mi sombra?



XII – El Eclipse


Acojo con humildad las horas aciagas
y en secreto, pido clemencia.
Abrazo en silencio el rigor de la desventura
y de mis labios se escapa un canto que libera.

Humillado el corazón hasta el polvo
ha echado a todos de sí,
pero nada le salva del día azul
que hiere
como la daga de una palabra hermosa entre la lengua.

Imploro el llanto todo
para mis ojos secos,
oídos potentes para la cólera,
el cuenco de una mano bajo la mía
el nombre que me roba la paz
al caer la tarde.

Pero jamás
volveré el rostro a la tierra para que me bendiga
no más pediré al viento que me alivie.
Adiós a nadie,
¡ay de mí! 
si no anuncio el dolor;
porque el sol ha cerrado su mirada sobre mi frente

como cae la noche
sobre una sonrisa


***

CLAUDIA TRUJILLO nació en Medellín, en 1963. Poeta, ensayista y Arquitecta de la Universidad Nacional de Colombia (Sede Medellín). Cofundadora y coeditora de las revistas de divulgación poética “Gerifalte”, “Susurros Digital” y “Poética”.   Presidente y Cofundadora de la Casa de Poesía Porfirio Barba Jacob en Medellín. Su obra ha sido publicada en revistas de arte y literatura: Imago, Puesto de Combate, Revista Universidad de Antioquia, Susurros, Punto Seguido, Poética y Quitasol, entre otras. Ha publicado los libros de poemas: Los Días Sagrados, 2003 y Extranjera, XIV Premio Nacional de Poesía del Museo Rayo, Valle, 2004. Incluida en la Enciclopedia de Literatura Antioqueña Clásica y Contemporánea en multimedia PC editada en Medellín en 2004  por el IDEA y la Gobernación de Antioquia. Finalista en el I Premio Nacional de Poesía Carlos Héctor Trejos, Rio Sucio, Caldas, 2002.
 

martes, 19 de octubre de 2010

EFECTOS JET LAG. Por: William Zapata.



"Mayo del 68 cambió al mundo
y el 9-11 lo volvió a dejar como estaba"

La primera vez que vine a Estados Unidos quedé encantado con los autos. Tan último modelo, tan de diversas marcas; tan raros para mí, (acostumbrado a ver sólo Renault y Simcas)…  en fin… tan educados y tan bien manejados. Luego, esa fascinación se deshizo y se volvió mancha como los chicles que escupen los transeúntes sobre las aceras de New York. Con el paso del tiempo, me di cuenta que esa calma y ese orden; ese frenar pausado y ese darle siempre la vía al peatón; ese nunca pararse en las cebras de los semáforos, y ese casi nunca pitar, no eran cortesía ni parsimonia, ni mucho menos decencia, sino más bien miedo. Miedo a la policía uniformada y a la policía de civil. Miedo a todas esas cámaras que vigilan el país. Al control endemoniado de los gringos. Punto. Así de sencillo. En resumidas cuentas, miedo siempre a que algo fuera a romperse si uno se movía demasiado y que una mano fuera a agarrarte de la camisa para sacarte a patadas de tu lugar. Luego, efectivamente, comprobaría que este país no era tan cuerdo como me lo imaginaba. Era más bien delirante e implícito. Eso.

De todos modos, fue una hermosa época. El inglés en aquellos años era musical y no ese martilleo cacofónico de las 87 plagas de Egipto de la Chinatown bajofondera, (y exportada del bajo Manhattan al resto del universo).  Para entonces, me ganaba la vida paseando los perros de mis tres tíos por las arboledas de Rigo Park en Queens. Todo era contemplación. Pura y divina contemplación. Mi familia se dedicaban a distribuir sus estupefacientes traficados desde Colombia y yo me dedicaba a ganarme el cariño de sus perros de pelea en las tardes, (luego de que mis tíos los estuvieran azuzando por las mañanas para volverlos más bravos). A eso del mediodía, yo iba de casa en casa y sacaba los perros de mis tíos. Les ponía el collar y sus respectivas cadenas y me los llevaba en patota a caminar por el vecindario, donde, debo decirlo de paso, mi familia paterna tenía más de veinte propiedades. No faltaba el día en que los perros se encontraban con otros perros y trataran de devorarse unos a otros. Aquellos eran los días más difíciles. Pero el resto del tiempo eran muy cariñosos los leones afeitados, como les decía yo. Vengan mis leones afeitados, vengan mis caimanes con cirugía plástica, era mi saludo matutino para con los perros de mi familia en Estados Unidos. Luego, por las noches, a cobrar mis jugosos salarios.

Para la segunda vez, pude ver las cosas con más propiedad. Yo estaba más o menos curtido y la posibilidad de haber vuelto a Colombia y viajar de nuevo a Estados Unidos me daba una perspectiva más fresca sobre las diferencias entre un país y el otro. El entendimiento era, digamos, más profundo. Empecé a hacerme preguntas sobre el dinero. Llegué a la conclusión de sus peligros en manos de gente sin educación. ¿De qué sirve tener plata si se es un burro? Me decía. Bueno, es parte de la libertad de esta sociedad, me respondía yo mismo, para mis adentros. Si tú quieres estudias y si tu no quieres no. "Pero no aguantas hambre ni frío como en Cuba, seas educado o no", le dije una vez a cierto amigo por teléfono.

¿Quién dijo que uno se tenía que educar en la vida? Uno no tiene que ser nadie, nada, para merecer amor. Eso es lo que supuestamente te vende como idea el sueño americano.  Y es que en verdad uno no tiene que ser alguien, ó algo, para merecer al menos el respeto de los demás.  A veces la gente sin educación tiene más modales que aquellos que llevan un diploma pegado en la frente. Ya se sabe que es más difícil ser un caballero que ser un profesional.

En aquella oportunidad, sólo había que caminar por las calles de Nueva York para enterarte de que no hay nadie más insoportable en este mundo que un inmigrante con logros (entendiendo por logros tal vez un carro del año ó un puesto de empanadas en el ghetto ó un social security para poder salir de la jaula en los gélidos eneros del norte), y cuenta que yo lo diga, porque si bien yo no tengo un título, sí tengo 9 de semestres de medicina encima y un buen millar de libros en la cabeza. Casi graduado, digamos. ¿Y de qué me ha servido? ¿Qué son los profesionales bien educados en un mundo como éste, si no tienen un par de pelotas para ir un poco más allá de la media?

 Vuelvo a lo de la libertad. A la libertad como se entiende hoy en día. ¿Libertad o libertinaje? Y he aquí donde viene el conflicto. En este país miras a tu alrededor y siempre ves un montón de gente sin educar o mal educados. Pura perversión consumista. Depravaciones. Atentados contra la estética y ruidos visuales. Extralimitación. Imprudencias mediáticas. Muchos aparatos, muchas pertenencias, mucho dinero y poca inteligencia.   Demasiada sumisión, puro conformismo del fino; credulidad ante cualquier mentira que flotara en el aire. Libertinaje cultural, llamémoslo así. Trabajar como un puto esclavo toda la semana para irse a clavar una whooper junior cada domingo en el mall más cercano. Fabricar tu propio cáncer. Hablar el inglés como le salga a uno y no como se pronuncia correctamente, como lo pronuncio yo. Como lo aprendí a pronunciar con harta dedicación.

Tenías que mirar con mucho detenimiento, eso sí, para ver gente del otro lado.

 No nos digamos mentiras. Aquí la vida es más respeto que afecto en las relaciones interpersonales. Descuido en la presentación personal y en la calidad humana. Mujeres sin ningún tipo de pudor, con más alcances de los que les corresponden. Tipos sin afeitar por doquier. Melenudos sin aspavientos. Vendedores de drogas y asesinos a sueldo disfrazados de caperucita. Tal vez por eso dejo este testimonio. Para que la gente entienda de dónde viene mi decisión. Para que la opinión pública no crea que he decidido matar a esta otra gente de la nada. Tal vez por eso he decidido encerrarme en este baño y grabar esta video carta.

Fue tal vez en la tercera oportunidad, cuando volví de Colombia, donde empecé a fijarme y a estudiar todos esos asesinos en la tele. Antes los veía y no me decían nada; pero de un momento a otro empecé a entenderlos con una claridad pasmosa. A ellos y a los demás delincuentes. Terroristas, capos de la droga, psicópatas en general. Todos dejando sus testimonios grabados en video-cartas y correos electrónicos y yo que andaba bien sensitivo por lo que llaman hoy en día ¨efecto jet-lag¨. Así es. Algunos les da diarrea y se les corre el sueño y a otros se nos corre la teja.

 Entonces, sigo. De ese tiempo fue que se me ocurrió la idea. Desde ese tiempo es que vengo arrastrando este proyecto, aunque lo he traspapelado durante largos periodos de tiempo. Pero, de cuando en cuando, vuelve y resucita: me surgen las ganas de hacer algo, de vencer mi pasividad, mi carácter de entidad sumisa; aunque soy consciente de que el crimen mismo, como concepto, es la mejor disculpa para justificar y, por ende, reafirmar la necesidad de los instrumentos de poder. ¿Qué sería del aparato estatal sin los delincuentes? Sin embargo, algo me dijo que debía seguir adelante, pues había jurado no volver a dejar que alguien pasara encima de mí desde aquel otoño de 1994, cuando un italiano se estuvo robando las propinas que los clientes dejaban para el delivery y para el cocinero. O sea para mí.

Recuerdo cuando volví a Colombia por cuarta vez.  Recién había acabado de ver a mis hijos y a mi ex mujer y el golpe no había sido fácil de asimilar. Hasta la fecha, ellos todavía no podían explicarse cómo podía ella estar económicamente mejor que su padre, si yo soy el que vivo en U.S.A. El día en que nos reunimos en Bogotá, en un restaurante cerca de Maloca, ella se tomó el atrevimiento de enlodarme su plata y su nuevo puesto en la cara. (Pasó de secretaria en una compañía de teléfonos a gerente en solo cinco años). Aquel día terminó pagando la cuenta y se aseguró que los niños lo vieran con sus propios ojos. La verdad es que yo no tenía mucha plata para entonces. En realidad nunca he tenido mucha plata. Más bien siempre he sido pobre, como una suerte de predestinación. Cuando estudiaba en la universidad, mi grupo de amigos me llamaban El Pobre, de cariño, claro. Lo mismo en el colegio y lo mismo cuando estaba chico en mi barrio natal: por mucho tiempo tuve el apodo de El Chavo, que era un personaje de la televisión muy arrancado, y entonces las madres de mis amigos me ponían como ejemplo a no seguir. Cuando regañaban a sus hijos decían: vea Fulanito de Tal, es que yo no quiero que usted termine como El Chavo ¿A usted le gustaría terminar como El Chavo? Siempre despertando la lástima ¿No? Entonces vaya báñese y haga la tarea si no quiere terminar como El Chavo.

Es muy duro ser pobre, déjenme que les cuente. Lo peor. Odio la pobreza. Aquí en Estados Unidos uno aprende a odiarla. Aquí uno aprende a odiarse a sí mismo como latinoamericano de clase media que es, sobre todo cuando terminás recibiendo órdenes de gente, que de haberse quedado en su país, serían ellos los negros y no vos.

 - ¿Mami, por qué pagas tú siempre, si papi es el que vive en Estados Unidos? -  preguntó Pablo, el menor, aquel día. Ya está en una de esas edades en que siente la necesidad de asumir ese rol de cuidandero, pues en términos francos, es el varón de la casa. El único. Los otros dos no cuentan porque salieron afeminados.

- Es que tu papi es un inútil, hijo. Lleva 35 años con los gringos y todavía no tiene donde caerse muerto - Contestó ella. – Se vino a verlos a ustedes justo con los pasajes y no trajo ni una chocolatina del aeropuerto -.

- Ese país no es como lo pintan, Pablo - dije yo. Tratando de explicarle con el tono más adulto que encontré. A los hijos hay que hablarles así – Además, de un tiempo para acá se ha estado arruinando – anoté - desde el 9’11 muchas cosas han cambiado. Es una guerra muy larga, hijo.

Todos se miraron entre sí. Parecía que estos argumentos no le convencían. Entonces, rematé:

- Además me dañé la espalda, tú sabes eso. No puedo trabajar muy fuerte y en mi condición de obrero eso representa a ser un minusválido.

Volví a Nueva York con el corazón en la mano, sintiéndome un fracasado, prometiéndome que la próxima vez que viajara para ver a mis hijos, me irían a ver con los bolsillos llenos. Entonces, traté de volver a los viejos trabajos handy, que son los que más plata dan en el imperio, pero la espalda rota no me dejó. Intenté con una compensación laboral, pero comprobé que el sistema está diseñado para quienes pueden pagar mejores abogados, o sea, para las empresas y los patronos.  Empezó la rabia y con el paso de los días se enquistó un odio que nunca pude sacarme. Hasta que una mañana de domingo tomé la gran decisión. Recuerdo que aquel lugar estaba lleno de vendedores de crack en las esquinas. Efectivamente me fui a Harlem y me compré un R15 de doble carga con los dominicanos de la 110 Street and St. Nicholas. Me quería vengar del país que me había robado la juventud, me quería vengar de la sociedad que te roba la salud y te quita la sonrisa del rostro. Me quería vengar del país que mató a Pablo Escobar y que encarceló a Carlos Lehder y que a la postre hizo que yo me tuviera que exiliar cuando las calles de Medellín se empezaban a quedar sin efectivo.

Hoy la cosa está tranquila. He sobrevivido al largo invierno con cierto halo de calma (un buen par de putas cada sábado, televisor plasma en la sala y un freezer repleto de cervezas y carnes frías importadas para acompañar mi suscripción a Time Warner Cable), pero no me he arrepentido ni claudicado en lo que pienso hacer. He estudiado las horas más concurridas del Burger King de la esquina, (pero la cosa se me ha ido diluyendo ante la tranquilidad de la franquicia más decente de la ciudad).

Hace unos pocos meses había puesto el arma en un rincón de mi pequeño closet, de mi pequeño cuarto alquilado de Greenpoint, y había pospuesto el proyecto. Pero lo he resucitado hoy y por eso estoy aquí, en este dinner al final de la calle. Tal vez había sido miedo, digamos la verdad. Pero no lo será en ésta. He de meterle una bala en el culo a cada uno de esos idiotas útiles que mastican allá afuera. Sobre todo al gordito aquel con la camiseta de los Mets. Siempre he querido meterme con unos de esos blanquitos que me encuentro en el tren 7 cuando voy a jugar fútbol al  Flushing Medeaws Park.

Ya ni sé a qué horas se jodió todo en este país. Algo se quebró más de lo que ya estaba. Las distancias se volvieron más abismales. Una grieta se extiende sobre la losa de mármol. Todo era tan distinto antes. El dólar era el rey. El dólar lo podía todo. El dólar nos unificaba, nos hacía sentir parte de un todo monolítico. Todo lo comprabas con un dólar. Sentías que estabas en familia si tenías la cara de George Washington en tus bolsillos. Hoy en día un dólar no te sirve ni para dejar en las pistas de striptease ni para comprar una donut ni nada. En el tiempo del que hablo, en cambio, contaba el factor dinero. Bueno, ya ustedes se habrán dado cuenta de que, para un pobre como yo, el dinero era lo único que podría interesar. El dinero, cuando es fuerte, está por encima de razas y religiones. Imagínense. Yo venir de un contexto así medio intelectualoide de nobleza arruinada, yo venir del país donde las mujeres tienen que volverse putas con pedigrí porque el mero sueldo no alcanza y donde en cada semáforo hay una familia de desplazados pidiendo limosna, y de un momento a otro tener todas esas propinas con billetes de 20 dólares en la mano.

 Voy a hablar con franqueza de este país. Podría decir que la historia reciente de este país se podría definir con el nombre de un documental que yo estaba filmando sobre la década de los 70's para mis clases en la Universidad de Columbia y que ya no podré continuar después de que mate a estas bolas de grasa con patas y después de que yo mismo me vuele la tapa de los sesos. Lo podríamos llamar: EL DÍA EN QUE LO POBRES TUVIMOS DINERO. Sería un título perfecto para definir a la Norteamérica de aquella época. Llegaban latinos de todo el cono sur, me acuerdo; de Chile, de Ecuador, de Bolivia. Bueno, antes de que sucediera lo del Euro y todas esas cosas. Luego, ya la cosa se fregó.  Luego, ya los pobres fuimos otra vez pobres. Pobres de bolsillo, pero sobre todo pobres de otra cosa más importante: pobres de ubicuidad, pobres de sentido de pertenencia. Pobres de espíritu. Sin embargo se nos había olvidado. Y lo peor, no supimos aprovechar esos tiempos dulces. Tuvimos que volver a aprender como éramos entonces, antes de venir aquí y antes de que la economía se viniera abajo.

Voy a decir ante esta cámara lo que pienso y siento: no tiene sentido venir a la USA para terminar llevando una vida de servilismos. A la USA hay que venir para ser amo y señor. Uno aprende mucho de dignidad por estas tierras. Tal vez ese sea mi gran conflicto, mi gran frustración: el de no haber tenido los cojones para aceptar aquellas invitaciones. You know, que "mira, tigre, te vamos a dar 20 mil si me cuidas una casa en Long Island por este weekend. Solo tienes que llevar esta 9 eme en la pretina y estar pendiente de que nadie se acerque mientras nosotros vamos sacando la mercancía. Si ves que alguien se acerca... ¡pum! tu disparas primero y luego nos avisas". ¡Ay! Si hubiera aceptado esos 20 mil y luego aquellos otros cien mil por ir a cobrar dos millones a la Amsterdam Avenue en el Upper. No estuviera aquí lamentando lo cobarde que soy.

Mi desilusión total me sobrevino esta última vez que estuve en el pueblo.  Y juro que va a ser la última. No pienso seguir con esta mierda de vida. Y es que, de repente, lo vi todo tan claro. Es muy duro eso de ir con la intención de quedarse a vivir en tu patria, de apostarle a tu tierra natal y de no poder hacerlo. Mirar a tu alrededor y ver todo aquello.  Autobuses con músicas del demonio a todo volumen; nadie usando i-pods en las calles; nadie leyendo en los parques ni en ningún otro sitio público. Y mejor no hablar de las calles inundadas después de cada nuevo aguacero y las masas con el agua hasta el cuello. Y lo peor de todo: ¡tanto mendigo! Mendigos en los centros comerciales y en las puertas de los teatros. Mendigos en los programas de radio y en cualquier cuchutríl en el que te sientes a tomarte una coca-cola. Los mendigos son lo peor. Los mendigos saliéndote hasta de la sopa. ¿Dónde se había metido la gente linda de Park Avenue?

Cuando viajaba al pueblo en los 90's, me acuerdo, me daba mucha risa ver la cara de mis amigos de la juventud. Íbamos en sus autos a las fincas ó a los clubs donde estaban afiliados sus padres y celebrábamos que nuestras folclóricas luminarias musicales estuvieran triunfando en el exterior y que salieran al lado de otras luminarias internacionales por lo menos en esa revista donde ahora Daniel Samper Ospina salía haciendo el periodismo que mejor sabemos hacer los colombianos, o sea el periodismo burletero, y entonces venía un ñero a limpiar el parabrisas de nuestras burbujas. Me daba risa porque en la radio casi siempre estaba sonando uno de esos grupos glamurosos como Radiohead o como Air y yo me ponía a pensar, "¿Cómo hacen para disfrutar de estos sonidos tan chill out, tan lounge, y con este paisaje tan destartalado de fondo? Yo mejor me devuelvo para Nueva York. Que se aguanten la miseria colombiana los ricos en ese trayecto que va de sus búnker hasta los mall. Se la merecen".

En este siglo dicen que las cosas están mejor. Pero hay que viajar para darse cuenta que las cuentas alegres de Uribe son solo eso. Cuentas alegres. La pobreza sigue siendo la misma. El paisaje urbano no se modifica. El miedo a que te roben se ha intensificado. Por eso me vine. Porque no me aguantaba tanta realidad maquillada en los noticieros, tanta miseria camuflada entre titulares de prensa. ¿De qué sirve tener una élite política tan universal si no hay wi-fi en los parques y si no podés sacar tu Mac tranquilamente en cualquier cafetería? ¿Por qué siempre habrá unos ojos envidiosos que se enamoren en todas partes de vos? ¿De qué sirve tener una clase alta tan rica, pero tan inepta para administrar los bienes colectivos?

¿Por qué en Colombia no hay un sistema de trenes en todas las ciudades y por qué no hay vino gratis en las galerías de arte? ¿Por qué no hay galerías de arte en Colombia en forma masiva? ¿Por qué en Colombia todavía tenemos las mismas chatarras de carros andando por las ciudades? ¿Por qué esos carros no respetan los semáforos y se estacionan en las cebras mientras esperan la luz verde y por qué los motociclistas se montan por las aceras? Ahora entiendo por qué la gente que se cree de mejor familia pega pa´ Miami con tanto indio caribajito caminando por los centros comerciales del pueblo.

Vuelvo a la cara de mis amigos escuchando Led Zeppelin mientras se transita por un sector lleno de fritanga y talleres de mecánica y de bailaderos de chucu-chucu. ¡Cómo para morirse de la risa! Welcome To Machine sonando mientras se sobrepasa un potrero donde unos niños semi-indígenas juegan al fútbol con una pelota de trapo; algo así como el video de El Temblor, cuando Cerati disfrazado de Robert Smith camina por unas ruinas prehistóricas o cuando el vocalista de Caifanes lidia con su melena glacial en medio de un desértico clip de 40 grados a la sombra. Y me eximo de entrar en otros sonidos donde el artista da cuenta de un mundo verdaderamente metropolis, pero que allá, en el trópico subdesarrollado, escuchándose porque se escucha.

Fue muy fuerte todo aquello. Encontrar que la mitad de los amigos se habían exiliado y la otra mitad llegando al Encuentro Anual de Egresados de Medicina con sus esposas radiantes y sus hijos rebosantes de alegría; bajándose de sus Pegout y yo arribando en  esos buses interurbanos de los 70's pero en pleno siglo 21, porque no supe aprovechar las oportunidades cuando se me presentaron con mis tíos de Nueva York. Luego salir por la calles y notar que todo el mundo te mira de arriba a abajo cuando te cruzan por la aceras. ¿Por qué la gente en el pueblo es tan repadora y no puede andar la ciudad sin mirar qué llevas puesto o quién es tu acompañante ó en qué carro vas montado?

He aquí las reflexiones de un inmigrante con logros en Nueva York, antes de cometer la proeza más importante de su vida. No soy ningún veterano del Vietnam al que la guerra le ha dejado traumas incurables. Simplemente soy un colombiano de vieja data, en el primer mundo, con un tibio balance frente a la vida: un apartamento en el pueblo y otro par de inversiones más, que me desfalcan más de lo que me producen. Una ex-esposa que me odia y un puñado de hijos que me ven como basura espacial. Del resto, xenofobias adquiridas en La Gran Manzana y habilidades para detectar a aquellos quienes son superiores a mí. Un seno maternal desintegrado por las migraciones de mis hermanos y no mucho más. Tan solo un detalle: odio los gordos y eso contribuye a que me odie más de lo que más me odio. Por eso los primeros que van a caer en este dinner son los gordos como yo y luego esos chinos que se han colado con bolsas en la mano, mientras ofrecen de mesa en mesa su dvd's piratas. También he de borrar a los latinos que se humillan en la cocina y al manager que le cuidaba la espalda a la Taco Bell y ahora, según me ha dicho en conversaciones esporádicas, lo ha empezado con los dueños de este dinner.

Espero que este video pueda ser visto algún día al interior de la opinión pública norteamericana. Espero que sea como uno de esos videos de los psicópatas que le dieron la vuelta al mundo y que sirvieron como ejemplo a otros psicópatas. Como pueden ver, tengo puestos estos pantalones camuflados que nunca pude usar tranquilamente en el pueblo, porque allá los buenos soldados de la patria se enamoran de ellos y te los quitan con el más arbitrario de los descaros. Así es en algunos pueblos cuando están en guerra; uno no puede vestir lo que se le da la gana. Pero como estoy en la libertina y mediocremente intelectual USA, también luzco una gorra, igualmente de tonos militares, y un chaleco y unas botas con punta reforzada de acero.

Cargo el fusil. Abro la puerta. Miro el campo de batalla. Todo en su sitio. Más consumidores de los que me esperaba en las máquinas dispensadoras de soda, y en la fila de pedidos. Salgo y empiezo a disparar.


EPÍLOGO

Ahora escribo esto desde Cali, atestiguando cómo la familia de Andrés explota despiadadamente su muerte.  Hacer del dolor un sello comercial, pareciera ser el nuevo pasatiempo más rentable de sus afortunados victimarios y el deporte nacional de un país que se desangra. Una suerte de oportunismo funerario, digamos.  Hasta los mocos que Andrés dejó pegados en las paredes de San Antonio, ahora son empacados al vacío por sus rapaces "pocos buenos amigos" y vendidos en las librerías de esta melancólica ciudad, bajo el mismo eslogan que tantos réditos económicos ha brindado: "Se mató a los 25 años". Bueno, tal vez un poco como mi caso, y tal vez por eso yo haya venido a parar acá al lado de ella y de Andrés. Me han disparado en Estados Unidos, pero yo he logrado cargarme a un buen puñado de vanidosos pretenciosos antes de que vinieran los tombos y me dispararan ellos a mí, y el cielo es exactamente a como me lo había soñado.  Paso los días tirado al lado de una piscina muy azul, con una lata de cerveza helada y un periódico y una mujer al alcance de la mano, y 30 grados de temperatura en promedio, y un teléfono celular. A veces vienen los hijos de los vecinos y rompen la calma del agua de la piscina y me preguntan por este orificio que tengo en la frente y yo les cuento que es un balazo que me pegaron los policías mientras le disparaba a un montón de analfabetas adinerados y entonces los vecinos enanos me ofrecen tragos de ron "straight", pero Andrés es quien se lo toma, y luego los hijos de los traquetos lanzan sus gritos al sol y se empiezan a contar historias mafiosas de sus padres muertos en manos de otros narcotraficantes reconocidos mientras se broncean y yo les digo que no dejen morir ese legado mágico, que a los gringos hay que derrotarlos envenenándole esa cabeza a punta de perico, que lo piensen bien, que después no se vayan a arrepentir por no trabajar en la única industria importante que tenemos para dejar de ser un país de tercera categoría, y entonces luego se van por donde vinieron y entonces pasan los vigilantes de esta unidad residencial, cercada con mallas electrificadas y sistemas de circuito cerrado de televisión y yo le pregunto a mi mujer por el estrato de este barrio y ella me dice que es seis o siete, que no está muy segura y que limita con una universidad pública y que no puede entender los contrastes.

Para comprobarlo, yo salgo de esta urbanización y cruzo al otro lado de la calle con mi mujer y efectivamente vemos que nuestro cielo estrato 8 es un oasis de modernidad en medio de un sistema de potreros muy parecidos a los de Medellín en la década de los 70's.  Al oeste Unicentro, al norte Jardín Plaza, al este Macro y al sur nosotros y el adefesio éste de universidad pública.

Me pongo en contacto con un montón de verde como el que me vio crecer, cuando estaba en la infernal Terra, en medio de una ciudad que apenas se construía, y me interno en el centro educativo y me aterro de que todos estos estudiantes mal vestidos lucen desnutridos a pesar de unos avisos destartalados que anuncian almuerzos gratis. Sigo avanzando y veo estatuas del Che Guevara cada dos por tres y jardines descuidados por doquier: "Jardines Hippies", pienso. Grafittis y más grafittis. Esta universidad es como el resto de Colombia. Pura dejadez en nombre del subdesarrollo y la desigualdad.  ¿Por qué no hay botes de basura en cada esquina de esta ciudad? ¿Por qué hay tantos cuadrúpedos atropellados y con las tripas afuera por las carreteras colombianas? ¿Por qué los animales domésticos andan sueltos por las calles?

Volvemos a la unidad residencial mi mujer y yo y nos tumbamos de nuevo a broncearnos al lado de la piscina, donde nos espera Andrés nadando al estilo mariposa.

 Pasan los vigilantes y nos saludan. Todos aquí nos conocen como los nuevos del 201. Todos aquí sonríen. Todos aquí, pareciera, que no se enteraran de que viven rodeados por la más cruenta de las guerras civiles. Todos aquí nos ocupamos de cosas más importantes como los efectos del jet lag.

Doy un sorbo de cerveza. Me pongo unas gafas, cierro los ojos y dejo que los rayos del sol tropical arrullen mis sentidos. Qué lindo se ve el azul de la piscina cuando la tarde empieza a caer y las luces de la unidad residencial se encienden anaranjadas y se derraman sobre la superficie del agua, sobre las pequeñas turbulencias subacuáticas que hacen Andrés y ella, y van a posarse sobre la loza del fondo, al tanto que Andrés y ella sacan sus cabezas para respirar mientras dan alguna brazada y cuando miran hacia el cielo, hacia las palmeras en el momento en que se pavonean con todos sus verdes posibles, pero que en la noche se tornan negras.




Cordialmente,
William Zapata M.

domingo, 17 de octubre de 2010

POEMAS DE ALEJANDRO ISLA ARAYA. Del libro: “Sólo dejen mi palabra”. Selección de Rodrigo Verdugo.




PERPLEJIDAD

Los vi,
cuando miraba mis ojos
que se oscurecen                            
mientras pasa el día.
Iba la noche
Abrazada del viento.

De mi cara
salió
corriendo la risa.
Desesperada
se colgó
de mis ojos,

Lloró
gritando
defendió su estadía
Desconcertado
corrí
en busca de ellos.
Estaban danzando
alrededor de una tumba.



REGRESIÓN

Camino por mis cejas
bruscamente enceguecido.
Mis ojos
han huido tanto de la soledad
que el cansancio
se ha sentado
a dormir
en el fondo de mi garganta.

Mi voz enloquecida
se ha colgado
de mis entrañas,
obligándome
a escuchar a la sed
su oración mortuoria

La oscuridad
envuelve mi pensamiento
Araña mi lengua
mi espíritu.
mi alegría.

Espanta mi inquietud
cerca mi desesperación.
No quiero escuchar mis alaridos
Sera mejor
Que vuelque mi esperanza
Y regrese a mi regreso.



ESPERANZA PERDIDA

Fue en vano que mirara
al horizonte.
El día se llevaba la nostalgia ensombrecida,
la pestilencia
de un sueño enrarecido.
El error diáfano
de una locura sinuosa
mis ojos
tiritaron de fuego,
la escarcha
rodó
por mis mejillas
entumecidas
por la primavera polvorienta.
Pero esa tarde
arrugada por el tiempo,
fue inconmovible.
Cercenó con su espada
la aurora
del viaje inesperado.
Allí quedó
en el camino
junto a una cruz de viento.

Saltamos.
y nos embriagamos
con canciones solitarias.
Aramos y
sembramos la felicidad
llamamos al viento.
Con una ventisca
construyó
el puente
para que pasemos al olvido.

Fue en vano que mirara
al horizonte.
Estaba
donde tenia que estar.


Alejandro Isla Araya: (1930-2006). Poeta y ensayista chileno. Autor de: “Condena embrional”, (prólogo de Luis González Zenteno), Imprenta Escuela Nacional de Artes gráficas, Santiago de Chile, 1957, “Sólo dejen mi palabra”, (prólogo de Antonio Campaña e ilustraciones de Silvia Espinoza de Ramírez),  Imprenta Arancibia Hmnos, Santiago de Chile, 1961, “La aldea secreta del viento”, 
(Prólogo de Carlos Rene Correa y Antonio Campaña), Ediciones del Grupo Fuego de la Poesía, Santiago de Chile, 1978, “Opresión del mundo en la poesía de Antonio Campaña”, (ensayo), Ed de la Frontera, Santiago de Chile, 1992. Su obra se encuentra publicada en diversas antologías chilenas.


domingo, 10 de octubre de 2010

LO OBVIO. Autor: Mario Ángel Quintero




El Punto



Cuando llueve, las gotas que caen bajo los árboles son más grandes, menos frecuentes. El sonido del agua, al darse contra el asfalto, llega difuso desde afuera a su puntualidad aquí adentro.

Así es el contacto con esa otra, vivir un adentro desde la coyuntura.

Igual de frías, las gotas grandes congelan más, si llegan a deslizarse bajo el cuello de la camisa.





La Línea




Si pasa un ratón por el piso frente a ti, lo más probable es que no lo atraparás. Como en el juego de vivir el momento, te sentirás tentada a quedarte quieta, a observar como corre, su aspecto, a saborear la sorpresa de su aparición.

Quizás otra lo estaría esperando y, al atraparlo, lo analizaría minuciosamente, hora tras hora, develando todos sus misterios.

Lo curioso es la profundidad de la convicción, como una línea recta hacia tus adentros, mucho más primitiva que un pensamiento, que te da la seguridad que no sería lo mismo.





El Plano



El rectángulo de una mesa de comedor sólo experimenta su expansión cuando brazos se extienden encima de él para que manos ofrezcan y reciban alimento. En esto se parece a un lago de cisnes, sólo real en el momento que es cruzado. Como una crayola, cada gesto de una vida colorea su alcance. ¿Cuáles son los bordes de lo que una estructura de vida pueda soportar? ¿Su amplitud? ¿Dónde quedan los limites de lo que una vida sostiene? Sin uso, una estructura es sólo la posibilidad de extender algo.

O quizás los brazos son demasiado cortos, el cisne es débil, y área, más allá de un simple donde, dificulta vivir y serle útil al otro.





El Objeto



El peluche se desangró por ósmosis. La presión que había sentido dentro de su pecho era tan fuerte. El aire afuera se había proclamado tan libre, hasta silbaba, tan a la deriva lo rozaba. El pobre peluche había querido llenarse de él. Su retazo de tela, única piel y protección, ya se había sobornado con sobaítas.

Hoy, es una cáscara vacía, un escroto después del momento. ¿Qué opinión tendrá el tubo de crema dental acerca del valor del abrazo?

A puñados por la costura, el acto pedagógico de rellenar el peluche va contra la corriente. Todo Lázaro huele a remiendo. Las vejigas suspiran en coro. Pero ¿qué se va hacer? Las tripas se rehabilitan y dejan de hablar por la herida. Sutura hace besitos.

La nausea visible en los ojitos de plástico es sólo un vestigio de un periodo de prueba. Lo importante es que se pueda postular una utilidad hacia el futuro. Cualquier hinchado, por peluche que sea, sirve para algo, aunque sea sólo de cojín. Nos preocupa la repetida apariencia de la palabra solo a estas alturas del texto. Aunque sólo sea un adverbio, se tiene la plena, casi repleta seguridad, que trae en si una tristeza adentro.






El Sitio



A menudo se confunde flotar con un movimiento. Más bien se puede decir que algo flota cuando se resiste a mover. Con los años, la dificultad de flotar se vuelve notoriamente más aparente. Sin embargo, lo que queda, ahí atrás, es la sensación de haber flotado siempre.

Nada se ubica solo. Flotar en, flotar sobre. Es difícil fijar sin preposiciones. Decir simplemente coordinada. Lo bueno de flotar es que ser contenido es igual en este caso a ser sostenido, como un parche de algas en un mar inmenso. En un acto de simpatía, este texto se resiste a dejarse ubicar en este libro y quiere permanecer fuera de serie, un suspiro más arriba de los demás.




El Ánimo



En alguno de los Zettel, (no me pregunte cual que de entrada le diré que no me acuerdo), Ludwig Wittgenstein se pregunta si quizás, dada su habilidad de crear, en esta instancia panes y cacerolas, de pronto su horno tuviese alma. En unas cortas frases, explora la analogía y la abandona, dejando en duda la posible utilidad de semejante pensamiento.

Mi pregunta es la contraria. Dada mi función de artista, la de básicamente crear y seguir creando, ¿no será que yo también soy una especie de simple electro-domestico? Que yo tenga información limitada acerca de mi operario, me parece normal dado que mi tipo de maquina, al fin y al cabo, no fue diseñada para percibir operarios, sino para hacer cosas.

Normalmente, mi única manera de refutar esta sospecha sería decir que mi horno nunca se toma algunos tragos, pone la música muy alta, y canta y llora hasta las altas horas de la mañana. Pero ¿será que la mera irracionalidad, la mera nostalgia, es suficiente para ubicarme permanentemente en un reino aparte de seres incrustados con fragmentos de la chispa divina?

De todas maneras, uno sospecha que cuando lo apaguen y lo descarten a uno, todas las analogías se desvanecerán en el aire como el olor a galletas.






Mario Angel Quintero nace en 1964 en San Francisco, California, donde vive sus primeros treinta años. Estudia literatura en la Universidad de California y es becado en creación literaria en la Universidad de Stanford. Publica poemas, prosas y ensayos en revistas literarias estadounidenses; también dos libros en inglés: Globo (1993) y The Fifth Season (1996). Desde 1995 reside en Medellín, Colombia, donde publica los libros Mapa de lo claro (1996), Muestra (1998), Tentenelaire (2006), El desvanecimiento del alma en camino al limbo (2009) y un libro de dramaturgia Cómo morir en un solar ajeno (2009). Es director y dramaturgo del grupo Párpado Teatro, y pertenece a los grupos musicales Underflavour y Sell the Elephant.













sábado, 11 de septiembre de 2010

LOS HIJOS DEL VIENTO. Poema experimental de Angye Gaona.




LOS INVITAMOS A OBSERVAR LOS HIJOS DEL VIENTO EN EL SIGUIENTE LINK:

www.wix.com/viento/viento

sábado, 14 de agosto de 2010

HOMENAJE A SERGIO GONZÁLEZ. A veinte años de haber sido "asesinado por los abyectos".

collage de sergio gonzález
collage del autor

sergio gonzález en teatro

LUNA DE MARFIL
Por: Juan Diego Tamayo

“Los secretos embellecen”
S. G.

Sombra de luna: el cuervo
“Laura” uniéndose a la caricia
El cisne toca su cuerpo de vino
“Pájaro negro”
Tu noche sabía de la luz
Cenizas son al viento
Al viento tus pasos
Buscan una estrella
Que recortar.

Para Sergio González
1990




COMENTARIOS, DIARIOS Y ENTREVISTA



FRAGMENTOS DE DIARIO.
SERGIO GONZÁLEZ 1955-1990


1981.

-…Cuando pienso en escribir, hay que hacerlo como si fuera para mí, porque las cosas que comprendo claramente no tienen otra explicación; por ejemplo: lo que no es fuego, es ceniza.
- Uno nunca comienza, se queda siempre en el principio.

- “PÁJARO NEGRO”; COLLAGE con el “Entierro” de Caravaggio, astro del arte que me precedió en 1573 y el pájaro –bronce del amor, que vuela en la luz de la oscura noche; el pájaro es el halcón de uno.

- Pinté de nuevo la aparición que más ha persistido en mi arte, que es “EL CAMINO DEL ABAD”, con un cielo tremendo, expresando con la fuerza del color a la naturaleza y su sentido tan mítico, denso y sutil. Esta pintura que he hecho como cinco veces, es la representación de lo que llamo: La ausencia del artista, que es mi propia ausencia…

- Yo me eclipso; el sol se oculta mientras la gran nube que tengo delante de mis ojos se disuelve; así ha de ser.

- … La idea del amor y la atracción que por la belleza se ejerce entre los seres vivos y las cosas, y por supuesto el secreto que nunca deja de serlo, no se revela sino que se vive si uno se eleva al mundo superior de la poesía.


1982

- Los títulos de las obras siempre han precedido mi pintura. Literalmente no un proyecto pictórico; podría afirmar que la poesía hace una alta síntesis de todas mis impresiones. Ya sean estas visuales, auditivas y táctiles, en el momento de hacer la obra. Los títulos también tienen su propio rango en sí mismos, como he querido expresarlo en mi obra “EL DON RARO DE UNA HORA”.

Marzo 21, 1982

De la pintura que llamé “LA CASA MUSICAL”, que es un COLLAGE con los dos jóvenes bañistas en el agua de Seurat, una imagen del Palazzo Strozzi de Firenze, una escultura de Boucheron y una joya del “Art Déco”; surgió otra cosa bellisíma que llame “THE LAMIA”; es pintada completamente con óleo, aparecen nuevamente los bañistas en aquella atmósfera exquisita del agua y la piel; al fondo una montaña de la tierra etérica, tal como las he visto con un astro surgiendo y ocultándose, en el fondo negro y otro astro cruza levemente por el espacio; arriba, cortado horizontalmente , vuelve a repetirse el comienzo del agua y las rocas en primer plano y que continúan infinitamente. El nombre es por la poesía y música de “Génesis”, “The Lamia”… La sublimidad de la música llevada a un punto en que ella comienza a destilarse como el oro acrisolado. Esta pintura es parte capital de las ideas lentas que han ido desarrollándose sobre la Gran Obra en litografía que haré sobre: “The lamb lies down on Brodway”.

Marzo 23, 1982

Anoche tuve un extraño sueño, en el que estuve contemplando mucho rato una pintura llamada comúnmente: “LA NOCHE”, pintada por El Correggio en el siglo XVI; es algo extraordinario. En el cuadro veía incluido a Oscar, que me hablaba desde allí; encima de esta tela puse otras mías en recortes y pedazos más o menos regulares, parecían incandescentes sobre la pared, el cuadro de El Correggio empezó a adquirir una luz que irradiaba colores fantásticos.

- ¿Y el medio artístico? El medio es acuático. Yo vivo como un pez, una cotidianidad sin tropiezos, con las conversaciones agradables, la mirada inteligente al entorno, etc…

Agosto 23, 1982

- He pintado muchos pases mágicos. Estoy viendo un cuadro “mío” que se llama “NACIMIENTO DE LA NOCHE” y es redondo. Es una pintura hechizada. ¿He sido yo quien la hizo? Estoy sorprendido, había como un yo distinto en mí cuando pinté y concebí aquello. Me pregunto ahora que vivo ese cuadro… ¿qué quería mi espíritu en esos momentos? ¿Qué reclamos estoy haciendo al universo? Es una llama misteriosa e incendiaria la que me mueve… Los secretos embellecen.

- Me influyen con tanta agilidad las frases, las palabras que debo utilizar para expresarme que la escritura no da tiempo a nada; lo mismo la vivencia exacta y lo que pudiera decir de las cosas, luego, casi ya no me importa.

- Yo realmente espero que alguien, quizá Oscar, hable muy amorosamente de mi arte, porque yo nunca podré hacerlo. Mi dolor al fin de cuentas es inimitable, sólo una mirada podrá aproximarse, solo una nota musical con intensa felicidad.

- ¿Dónde se encuentran los grabados que hice sobre Venus y Marte? Y que luego pinte. Regale dos, son cinco y los otros tres ¿Dónde están?

25 Febrero, 1983

- “LA BODA”, fue hecho con otros, entre septiembre y diciembre de 1982. La imagen sacra de “LOS ESPOSOS ARNOLFINI” que ya me había movido, vuelve aquí para habitar el nuevo territorio. Arriba en el cielo negro aparece un pedazo de un COLLAGE de Anita Albus, es un hermoso seno femenino, con parte de cabellera rubia y vestido de blanco. A la derecha sobre el piso horizontalmente una figura masculina yace bocaabajo –pintura de Luis Caballero- y en el espacio, arriba sobre esta figurada una mirada de un rostro femenino… Con este y otra pintura participe en una exposición en el Museo de Arte Moderno de Medellín…

- Ahora si debo tratar de poner orden político a la vida práctica…

- Quiero estar ausente antes de que me vaya y espero aún que a ustedes les quede toda la felicidad. La vida no se compone de entusiasmos pasajeros ni de desgracias existenciales, es un olvido de indiferencia; estas palabras no son claras.

1985
- Hacer de un cuadro un drama.

- “LAS MONTAÑAS”; este es un punto confuso, que las cosas y los objetos se reencuentran con uno según los haya descubierto antes y la asociación de memoria con otras cosas. Los ángulos, los giros, las oposiciones de luz y sombra están en un punto subyacente y estas son las cosas que ayudan a componer una pintura. Transmitir hacia el centro y origen para sacar al contemplador del lugar donde “está”.

- Yo lo que deseo es hacer fotografías que consisten para mí en imágenes de un instante en la vida, para el recuerdo registrado con profundidad visual e intelectual y que tiene influencia en nuestra psiquis.

15 Abril, 1989

- Campo de Santa Helena –unas montañas bellisímas, árboles altos y frondosos- hace bruma, sale un sol –color del cielo azul; la gente del campo, una bondad y ausencia en sus rostros… El paisaje es silencioso, la naturaleza y sus fenómenos; cuando contemplo el suceder de la noche y el día, los días luminosos y grises, da la sensación de que las cosas pasan porque existe también un gran espíritu que ha creado todo con amor indescriptible. De pronto también sucede nada.

- El arte soy yo, la manera como sublimo mi deseo y las emociones de adolescencia que se afincaron en mi pensamiento y sangre. Esa sutil máquina de grabación que somos, allí se va creando nuestra alma, nuestro modo de ser. ¡Que grandes maestros del pensamiento y la espiritualidad he conocido! Saber esto es un incentivo para mi felicidad. Quiero más dinero para trabajar mejor, independientemente.

- El fenómeno de la expansión espiritual del ser de uno, en medio de la naturaleza, un desdoblamiento de mis pensamientos habituales para ver cosas nuevas pero sin pensamientos; cosas que son.

- Va en buen camino la realización técnica de la pintura que estoy haciendo –COLLAGE-, sobre el “ENCUENTRO CON LOS AMIGOS AUSENTES”, que es una de las ideas plásticas m{as metafísicas que me han nacido. Aquí ha triunfado la poesía.


***


LOS "COLLAGES" DE SERGIO GONZÁLEZ
Por: Ramiro Ramírez: Psicoanalista Escuela Freudiana de París

Hay técnicas que necesitan cierto decantamiento para luego comenzar su producción propiamente dicha; hay otras en las cuales el manejo técnico, si bien es necesario, no demandan la finura y recato de las primera pero que, si solicitan una atención y una imaginación por no decir fabulación que permitirán al artista la producción plástica. Ese es el caso de los "Collages", en dónde se mezclan técnicas que no necesariamente su acabado sea el mejor pues, ésta forma de expresión sugiere más de lo que la misma técnica puede mostrar. Dígamelo corto y rápido, se trata de sobreponer una serie de efectos en superficies de tal manera que se crea un espacio que precisamente, el artista construye el "Collage", no ha fabricado en su totalidad pero que si es un espacio que solo él construye, que sólo él hace, de ahí el carácter artístico de su creación. Algo contradictorio pero creativo.

La construcción de éste nuevo espacio se hace con la ayuda de materiales diversos y recortes de obras de otros artistas que por CUALQUIER MOTIVO llaman la atención de quien hace el "Collage"; pero éste CUALQUIER MOTIVO es lo que marca, sella y garantiza la originalidad del artista pues, en la selección de los diversos recortes, colores y demás objetos utilizados está la COSIDAD de la COSA que va a producir.

Sergio González nos muestra una serie de "Collages" en donde la construcción del espacio, vacío, profundidad, hueco, volumen, planitud, es posible por su atrevimiento en la selección de los recortes que debe superponer, colocar a, ó en esa superficie que él ha alimentado o termina por alimentar para reencontrar una nueva que ya es algo más y por ello se llama: UN NUEVO ESPACIO.

No es gratuito que, en la confección de sus "Collages", Sergio González se haya servido de una serie de esculturas y pinturas que son obras maestras de la plástica universal; lo mismo sucede con lo oriental y occidental en la obra con lo que nos muestra lo infinito de la obra de arte. Igualmente sucede con la temática religiosa por él utilizada frente a lo anodino y lo sexual de su obra. Hay una cierta sensualidad en lo simple como en lo complejo de Sergio González. Sensualidad que no escapa al artista en los cuerpos de las figuras, sino que él sabe concentrar en ciertos pliegues, en ciertos ángulos, en ciertas miradas, en ciertas sonrisas, en cierto objeto y en los contrastes de sus fondos azules, negros, violetas; y aquí lo que aparece anodino toma una nueva dimensión para mezclarse con lo sensual y religioso; por medio de sus "Collages" Sergio González nos reconstruye, nos crea y recrea el espacio, el mundo de los seres parlantes, de los seres que sufrimos por tener lenguaje; el mundo de los seres que buscan el goce y sólo logran alcanzarlo a medias; y es a medias que la obra de arte alcanza su SENTIDO, de ahí que necesitemos a diario nuevos artistas.

Medellín, Agosto 1982


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SERGIO GONZALEZ O EL IDEAL DE LA BELLEZA
Por: Oscar González

Parece que en su obra sensible y mental, Sergio González ha alcanzado lenta y sutilmente a resolver con inusitada y fascinante plenitud, dando muestras de un sorprendente conocimiento y de una experiencia transformada en una búsqueda intensa e incesante, el problema esencial que plantea cualquier aproximación al laberinto de Dédalo del arte y a la irresoluble quizá condición del ser artista o considerarse a sí mismo como artista, y al hecho de exponer una posición estética desde allí y llevarla o traducirla en su obra. Y es que su obra proviene de una concepción formada por él mismo de lo que es para el arte y que poco tiene que ver con principios y estilos que de una cierta manera se imponen e implantan en nuestro medio como la verdad del hecho artístico y son “imitadas” hasta el extremo de borrarse por sí mismas.

Él busca y desea hallar un equilibrio y una medida entre lo que se ha llamado “historia del arte” hasta lo que su mirada excava y explora allí para hacernosolo visible y real, concibiendo ese real como el vacío absoluto, para poder iniciar de nuevo un trayecto de acercamiento, para decirlo casi que con él, de la revelación de la ausencia y de la presencia. Un mediodía decidió hablarme sobre “su” arte y sus cosas que de él eran desconocidas e impenetrables para nosotros. Quizá su obsesión por el arte renacentista es lo que lo ha servido de vehículo para también abordar el llamado “arte moderno” y poder hallar par sí un “punto de unión” entre della Francesca y Ucello, con Mondrian y Delvaux. Esto es lo que esa tarde hablamos y nos habló:

¿En el momento en que Usted decide a hacer del collage una forma más de abordar el arte, se apoya en esta técnica moderna como un medio o como un fin?

Cuando comenzé a pintar hallé por fortuna un medio técnico que me ha permitido llevar al arte lo que he querido expresar de mi vida, y sin duda, hasta un punto satisfactorio. Mi encuentro con el collage fue un azar completo, por la misma actitud creadora que me mueve. Además me dió mucha libertad para pintar lo que he querido. En el arte como es sabido las técnicas son siempre medios, puesto que los “fines” no existen.

Realizar una relación y a la vez una excursión por el collage se da en Usted como resultado de una racionalización de lo que buscaba o más bien se presenta como la proyección del orden de la intuición crítica?

Una tarde se me ocurrió colocar sobre una pintura que había hecho, que representaba una manzana sobre un pretil, una bella imagen del condotiero Federico de Montefeltro por Piero della Francesca. Exactamente en ese momento tuve una captación altamente poética, que me agradó mucho a nivel visual y de pensamiento. Viví un juego mágico, por los desfases de tiempo y espacio. Y sentí que había atrapado el agua entre los dedos; tanto que aquello me lleno y yo pude expresar toda mi fantasía con toda la pintura del Renacimiento, que me impresionó muchisimo desde mi adolescencia. Me sentí como un mago que hubiese fusionado los espíritus de tiempos pretéritos con mi mundo contemporáneo, pues nunca he sido aferrado al concepto de arte moderno.

¿Es evidente que su técnica, en el sentido de téchne, se apoya profundamente en el Renacimiento, y el intento que Usted hace es el de relacionar ese movimiento con el arte moderno?

Soy un hombre que cree que entre la vida como una entidad trágica el pensamiento no existe ninguna dicotomía. El juego entre lo ausente y lo presente. Aquella certeza de que no he estado aquí únicamente y el hecho de que mi espíritu pueda elevarse sin ningún tiempo, más allá o más acá. La inmanencia del espíritu propio y de los otros espíritus.

¿Existe quizá lo bello en su obra como una realidad demasiado fácil y efectista. Busca conscientemente que lo bello en sí mísmo se manifieste, se exprese?

Lo bello no es la apariencia retiniana, es la total fatalidad de la vida. No creo en los detalles bonitos. El acto creador es en sí mismo bello. No quiero profundizar ni filosofar mucho sobre lo que sea o no sea la belleza, puesto que yo nunca he visto cosas feas, es decir, que en mí no existe lo opuesto a la belleza. No es fácil tampoco acceder a ella. Como en mí obra “Para los amigos ausentes” en la que la belleza de la obra esta dada por los seres humanos y el vacío. Ese fondo negro, es la infinitud. El yo saber esto es una idea que me causa pleno regocijo.
¿No son tal vez los títulos de sus obras: “Mar de mañana”, “El éxtasis del fauno”, etc. demasiado literarios. Cree que o no un obstáculo entre la literatura y la pintura. O en su obra el vaso comunicante que las funde en una es la poesía?

Los títulos de las obras siempre han precedido mi pintura. Literalmente no hago un proyecto pictórico. Podría afirmar que la poesía hace una alta síntesis de todas mis impresiones, ya sean estas: visuales, auditivas y táctiles, en el momento de hacer la obra. Los títulos también tienen su propio rango en sí mismos. Es lo que he querido expresar en mi obra: “El don raro de una hora”.

¿De cierta manera sentimos y experimentamos al observar su obra que la música se filtra como una fuerza absolutamente necesaria y lo erótico es muy concentrado, en qué medida?

La música ha sido fuertemente inspiradora en mi vida. Yo creo en la inspiración y en la rebelde expresión del espíritu. También pinto porque soy músico, aunque no domino los códigos plásticos de la música. He cantado y me gusta cantar. Y lo que ha enriquecido mi contemporaneidad, no es lo plástico y lo visual, sino más bien la música. Existe una renacimiento musical: en grupos como “Yes”, “Emerson, Lake and Palmer”, y la extraordinaria música de los “Beatles”, que ya no le es extraña a nadie. Y además, un músico al que admiro mucho, Bela Bartok. El erotismo siempre ha estado presente en mi vida. Mi arte quiere remitir siempre al erotismo y a la muerte: a aquel deseo de hacernos eternos. La intensidad de la piel, el placer de vivir… Pienso que toda la creación es un gran acto erótico de un dios que está continuamente autocomplacido en sí mismo. No soy de los que han separado el cuerpo del espíritu: no soy un asceta ni un filósofo. Soy un hombre perfectamente constituido física y espiritualmente. Creo que el arte lo hace los seres sanos, no es un producto de alienados y resentidos, que es de lo que más hay en este mundo. Si alguien se considera artista y no ha hecho, su Obra de Arte entre los diez y ocho y los veinticinco años de edad, no la hará nunca porque esto tiene ver íntimamente con el fuego solar y el arte que es exactamente la vida, nace aquí. En esta época de nuestra vida las fuerzas mágicas están en su plena potencia. Lo demás son intentos. Hay artistas que se pasan toda una vida intentando, a otros les sale una vez, a otros siempre y nadie sabe por qué. Es una tragedia magnífica y así es la vida. Lo único importante en este caso es no dejar que los miserables te chupen la sangre.

¿Retornando un poco a lo que hablábamos hace uno momento, unos títulos de tus obras como “The Lamia”, “Fragmentos a su imán” y “Casa musical” en que medida existe un nexo con los textos de Keats, Lezama Lima y Michaux?

Yo creo que “Fragmentos a su imán” de Lezama Lima, es algo que se inscribe dentro de lo que es la intuición absoluta: dominio de los espacios esótericos. En este caso particular, leí el texto después de realizada la obra. El título del texto para mí era verdaderamente una obra pictórica. No necesitaba saber nada más. Nunca nada de eso está dentro de las coincidencias o casualidades, aunque quizá sean lógicas. Yo aún hoy desconozco el poema de Keats. Este título “The Lamia” si sé que existe es porque conozco y he escuchado una canción del grupo musical “Génesis”, en un trabajo de 1974. La música de “Génesis” es extraordinariamente surreal. Soy un buen lector y he tenido la fortuna de leer textos siempre muy bellos. No he leído nunca nada que sea innecesario. Lo poético debe estar en todo artista que se exprese. Cuando yo hice “La Casa Musical” descubrí que Michaux estaba en esta misma dimensión. Tampoco conocía su texto antes de hacer el cuadro. Y por lo mismo, mi arte también estaba en la dimensión de Michaux.

No se sí tu “estilo” que más bien nos relaciona con una postura estética, no se le convierte en una cadena que lo limita sino una punto de lanzamiento hacia la aventura interminable e inacabable?.

El estilo es algo que tiene que ver con el ser de uno. Un verdadero artista nunca busca su estilo, porque ya lo tiene. El estilo es algo mediúnico, es como un sello característico. A los artistas no los hace el medio o la academia porque cuando se es ya todo desde el comienzo esta allí. Yo nunca me he preguntado eso: no he querido nada más que parecerme a mì mismo. Y lo que no está en mí, es porque no existe. Creo totalmente en la originalidad, ya que ella es uno mismo. Originalidad como la del Bosco, Böcklin o Moreau. Uno no pierde lo que ha creído tener. Si no se es original, se esta perdido, no se tiene un camino. Hay muchos hombres y mujeres que pintan y escriben, que componen música y en medio de eso, lo verdadero brilla con mucha fuerza.

¿Ya la modernidad -profesores y críticos- decidieron establecer que el artista debe ir la Universidad o al Taller de arte para adquirir unos conocimientos y obtener una formación. Cómo es la percepción y de que naturaleza es su experiencia en este sentido?

Es importante la educación que pueda proporcionar la academia como conocimiento, y a veces es grata también. Supongo que esto no ha de causar muchos trastornos a los espíritus superiores, pues es obvio, que la creación del arte no tiene nada que ver con aquello. Los que estudiamos y nuestros profesores creo que cumplimos de la mejor manera posible con las buenas intenciones. Se pretende formar artistas porque hay personas moldeables. La antiacademia no existirá nunca mientras haya dirección, profesores, etc. De esa manera existirán siempre coerciones. Se necesita de una inteligencia acuática para vivir felizmente en medio todas estas imposiciones inevitables y que no tienen ninguna importancia.

¿Yo intuyo que frente a la película “Salo” de Passolini, debió haber experimentado una emoción muy suya, en la medida en que Passolini hace una combinación pintura-cine muy interesante. Que carácter adquiere el cine en su pintura?

El cine es la pintura en movimiento, es decir, como la vida inmediatamente dinámica. He visto el cine como algo que involucra de manera muy vívida la realidad cotidiana, con todas sus implicaciones; donde no se podría ya disimular. Como en “Salo” que hay una escena en donde cae al piso una bella mujer decapitada, de un panel antiguo, que contiene a la Madonna de Foligno de Rafael. Es una aproximación a la vida misma puesta aquí al desnudo. La muerte bella como una tragedia. Para hacer cine hay que ser un verdadero artista, en el que el sentido de la vista, tendría que estar jerarquizado, sin reticencias. Yo después de pintar haría cine. Allí la expresión fatal y poética de la vida ha llegado al punto álgido, porque con el cine se puede hacer obras de arte indigeribles.

¿Que artistas de nuestro medio han contribuido a fortalecer su formación, y han fascinado y estimulado fascinaron su sensibilidad. Por qué?

El orden aquí no importa. Mencionaré a Obregón porque en primera instancia su obra habla sola. No se requiere conocer su trayectoria para saber que obra es de él. En su mundo existe una magia solar. Además su obra me comunica un placer visual muy intenso. Manzur y su mundo de mitómano. En él he descubierto un juego de antiadualidades: tiempo y espacio. Observo que en su obra eso queda disuelto. Y la cuestión religioso-erótica que me ha atraído mucho. Gregorio Cuartas: lo que más me ha atraído de él, es su verdadero silencio, y particularmente el de su obra “La Piedad ”. Una obra llena de misterio y de un dominio técnico soberbio, como en los grandes maestros. Una extraña inquietud subyace en su pintura. Sus imágenes figurativas que se me hacen totalmente abstractas y por esa razón más trágicas… Ah, y Luis Caballero, genio incomparable y avasallador. En la escultura me atrae la obra de Germán Botero, es el único escultor cuya obra me produce una viva emoción.

Qué pintores del Renacimiento esencialmente se proyectan en el espacio de su obra y cuáles son los que hacen trayecto por sus obsesiones?

Las obra del pintor flamenco Hugo van Der Goes; su obra es patética, una autoconfesión. Ese hombre trágico que tenía mucha fé y la perdió. Mantegna, porque en su pintura está la gran poesía. Su búsqueda de un rigorismo único, me hace llamarlo: el maestro perfecto o el solemne maestro. Me gusta de él su transparencia, o sea su razón de genio. Y Rafael, por su arte sin lucha. Desde que nació empezó a hacer su arte y fue amado por él. En él se dio el sentido absoluto de lo armónico: armonía entre la fatalidad y lo bello, y la magia de su vida misma. Y el para mí inolvidable: Giorgione de Castelfranco.

¿Y en esa misma tensión e inquietud qué artistas modernos, lo atraen y excitan más, y por qué?

La pintura impresionista nunca me impresionó demasiado, por su insistencia en lo superficial. Aquí se podría hablar de lo que es bonito: excepción hecha de Seurat, genio solitario y gran artista. El arte de los maestros del Romanticismo como Delacroix y Géricault, que me atraen por su drama. La extraña pintura de Böcklin y el genio fulgurante de Blake -no sé si usted lo considera moderno ó no, para mí lo es- y de Moreau, de los que nada tendría que decir, sino que me extasío ante el misterio que encuentro en su arte. Duchamp que me recuerda el no olvidar la inteligencia, ese fenómeno fluido que nunca podrá definirse, en el arte. El arte es una idea del hombre. El arte no es la obra material, no se queda en eso, va más allá. Yo no se exactamente a donde. También Delaunay y su cubismo órfico, el Neoplasticismo de Mondrian y Rothko. Todos ellos porque están dentro de una tradición del arte Única, en el sentido de la imaginación, de la rebeldía y de la libertad. Y sin duda, Balthus y Delvaux, del que me atrae esa fe en sí mísmo. Delvaux es de aquellos pintores de los cuáles los críticos dicen que hace siempre lo mismo. Delvaux es un hombre que no progresa, sino que más bien regresa.

El Imaginario. El Mundo. Medellín. 2001. Págs. 6-7.


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SERGIO LUIS GONZÁLEZ HERNÁNDEZ.

14 AGOSTO DE 1955, ZARAGOZA (Ant.) - 26 JULIO DE 1990. MEDELLÍN.

ESTUDIOS REALIZADOS:

Dibujo. Instituto de Bellas Artes, Medellín,1978.
Maestro en Artes Plásticas, Universidad Nacional, sede Medellín, 1989.

EXPOSICIONES INDIVIDUALES:

1982. Collages. Biblioteca Central, Universidad de Medellín.
Collages. Biblioteca Central, Universidad de Antioquia.
1986. Collages. Sala de Exposiciones de la Beneficencia de Antioquia.

EXPOSICIONES COLECTIVAS:

1976. Salón Regional de Arte Visuales. Biblioteca Pública Piloto, Medellín.
1978. Salón Regional de Artes Visuales. Biblioteca Pública Piloto, Medellín.
1981. 1er. Salón Arturo y Rebeca Rabinovich. Museo de Arte Moderno, Medellín.
1982. Medellín en el Museo de Arte Moderno. Museo de Arte Moderno, Medellín.
1983. IIIer. Salón Viven y Trabajan en Medellín. Suramericana de Seguros, Medellín.
1986. VI. Salón Viven y Trabajan en Medellín. Suramericana de Seguros, Medellín.
1987. XVIII Salón de Arte Joven. Museo de Antioquia, Medellín.
1989. PREMIOS. UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA, Medellín. Centro Colombo Americano.

PREMIOS OBTENIDOS:

1987. Comercial Irotama. XVIII Salón de Arte Joven. Museo de Antioquia.